Miles de personas se unieron este sábado en Madrid en una manifestación bajo el lema “Sin antirracismo no hay futuro”, convocada para recordar a Lucrecia Pérez, una mujer dominicana asesinada en 1992, y mostrar solidaridad con las comunidades afectadas por las fuertes lluvias en Valencia. La marcha también puso de relieve la intersección entre la crisis climática y las desigualdades sociales, resaltando cómo las comunidades más vulnerables sufren las peores consecuencias de las políticas ambientales.
Los organizadores señalaron que el evento buscaba denunciar lo que consideran “necropolíticas” urbanísticas y de mercado, las cuales, según ellos, priorizan intereses inmobiliarios a expensas de la sostenibilidad y las poblaciones desfavorecidas. “Queremos solidarizarnos con Valencia y hacernos parte del dolor de quienes viven las consecuencias de políticas que los excluyen”, expresó Mónica Gortaire, portavoz de una de las asociaciones presentes, en declaraciones a EFE.
La figura de Lucrecia Pérez fue central en la manifestación, pues su asesinato, el 13 de noviembre de 1992, fue considerado el primer crimen de odio racial reconocido oficialmente en España. Al recordar a Pérez, los organizadores destacaron la urgencia de confrontar el racismo y la desinformación promovida por ciertos sectores políticos, especialmente la ultraderecha, ya que, afirman, estos discursos incrementan la división social y fomentan la violencia y el rechazo.
Este evento formó parte de la iniciativa del Otoño Antirracista y Anticolonial, un programa de actividades que se realiza en diversas ciudades para sensibilizar y crear conciencia sobre las estructuras racistas y coloniales que persisten hasta hoy. Los manifestantes expresaron la necesidad de un cambio estructural en el manejo de la crisis climática, el mercado inmobiliario y las políticas sociales, apostando por un futuro inclusivo y sostenible.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com
