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Del orgullo al miedo: Comunidad ‘trans’ latina de NYC ahora exige “derecho siquiera a existir”


Activistas hispanos de la Gran Manzana temen un punto de quiebre, en el cual las nuevas medidas federales empiecen a impactar a programas vitales
El activista dominicano, Eduardo Sánchez teme que sigan recortando fondos para dar soporte a sus compañeras trans.
El activista dominicano, Eduardo Sánchez teme que sigan recortando fondos para dar soporte a sus compañeras trans. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

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Por Fernando Martínez

29 Jun 2025, 06:39 AM EDT

El dominicano Eduardo Sánchez, como activista del movimiento por los derechos LGBTQIA+ en Nueva York, ha acompañado las diferentes cruzadas de este colectivo por la igualdad y el respeto, particularmente en la franja, de la cual orgullosamente dice formar parte: las mujeres transgénero.

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Hoy su temor personal no es sentirse rechazado, sino que eliminen por completo el financiamiento federal de programas de apoyo, para sus pares de las nuevas generaciones.

En la coyuntura actual del país, los portavoces de diferentes organizaciones coinciden en que por décadas peleaban por derechos civiles fundamentales. Ahora aspiran no ser “borrados del mapa”.

“Siempre hemos sido los más rechazados, inclusive por las mismas personas de la comunidad gay. Ser trans no es fácil. Nadie decide tomar este camino, como un deporte. Es algo con lo cual se nace. Por eso, tienes que ser una persona con mucha fortaleza. Y más en medio de la cultura latina. Algunos programas de apoyo se habían consolidado. Ahora están en riesgo”, comenta el quisqueyano, quien creció en un hogar estable, en una localidad rural y con principios cristianos.

Este domingo cuando se celebra el gran Desfile del Orgullo en Manhattan, las nuevas generaciones de activistas de este colectivo en la Gran Manzana, que antes exigían el matrimonio igualitario, la inclusión y el cese de varias formas de discriminación. Ahora se posicionan firmes para exigir “derecho a la existencia” de las personas trans.

En este mes de junio, cuando se cumplen los 55 años del primer gran movimiento del mundo, surgido en la Gran Manzana, para exigir un alto a la discriminación, la persecución e incluso la criminalización al colectivo LGBTQIA+, Eduardo quien ha sido testigo de cómo en las últimas dos décadas se han perfilado grandes conquistas para su comunidad, ahora ve fallos legales y medidas federales que complican la sola existencia de jóvenes, que no solo están en camino de hacer una transición de género, sino de compartir abiertamente su expresión de género.

Las medidas
Desde su retorno al poder, el presidente Trump ha emitido múltiples órdenes ejecutivas con impacto directo en la comunidad transgénero. Estas acciones incluyen la revocación de la atención médica de afirmación de género, la prohibición del servicio militar para personas trans, la restricción de la participación de individuos transgénero en equipos deportivos no alineados con su sexo asignado al nacer, la eliminación de referencias a personas transgénero en sitios web gubernamentales y la clausura de programas educativos promotores de la diversidad.

La semana pasada la Corte Suprema de Estados Unidos, en un fallo de 6–3 permitió que entre en vigor la ley de Tennessee (SB 1) que prohíbe los tratamientos médicos de afirmación de género, como bloqueadores de la pubertad o terapia hormonal, para menores transgénero.

En el fondo, la medida confirma la legitimidad de leyes similares en al menos 25 estados que buscan restringir el acceso a cuidados para menores trans.

Eduardo Sánchez, como activista de defensa de los derechos de colectivos LGBTQIA en NYC le preocupa que sigan restando fondos a programas de asesoría de salud mental. (Foto: Fernando Martínez- Impremedia)
Un laberinto moral

Ante este laberinto que enfrenta su comunidad, el activista isleño Eduardo Sánchez, reconoce que si bien la Gran Manzana, sigue siendo un gran “santuario” para la comunidad trans y se disponen de códigos municipales y leyes estatales de protección, si continúan los recortes federales, habrá un impacto devastador en los servicios que se ofrecen a esta población por definición “muy vulnerable”, que necesitan acceso a programas de apoyo a la salud mental y servicios médicos.

“Yo como activista y mujer trans, ya mayor, solo puedo decir que el paso a la transición de género en jóvenes y adolescentes se debe hacer de manera muy individualizada. Cada persona tiene un universo emocional y familiar. No es lo mismo una persona que cuenta con el apoyo de su familia. A otra que ha sido echada a la calle, como es el caso de tantos inmigrantes que he conocido. Por eso insisto, es que la Ciudad no baje la guardia en ofrecer servicios de salud mental. Si alguien no tiene paz interior, difícilmente puede tomar decisiones adecuadas”, subrayó.

El Concejo Municipal de la Ciudad de Nueva York, hace dos meses aprobó una legislación para brindar orientación pública e información más amplia, sobre protecciones legales, recursos para delitos de odio, atención de afirmación de género y cambios legales de nombre y marcador de género para esta población.

A pesar de que el consenso de las comunidades hispanas en Nueva York, se ha tornado más favorable hacia los derechos LGBTQ+, la aceptación de la transición de género en menores, continúa siendo un tema polarizador, rechazado y complicado, que batallas anteriores como el matrimonio igualitario o las leyes antidiscriminación.

Una encuesta de la empresa Gallup de 2024, muestra que el 51% de los estadounidenses considera que el cambio de género es moralmente incorrecto, mientras que el 44% lo considera moralmente aceptable, lo que concuerda con los resultados de 2021 y 2023.

Asimismo, más de seis de cada diez adultos estadounidenses se oponen a las leyes que prohíben la atención de afirmación de género para menores.

Existe la certeza que en este debate, los hispanos católicos tienen más resistencia a este tipo de transición.

“Yo nunca hice la transición hormonal. Ni me sometí a tratamientos. Entre otras razones, porque las personas de mi generación, no teníamos fácil acceso. Hoy soy una mujer desde mi alma. Pero si hubiese tenido la oportunidad de hacerlo en su momento, lo hubiese hecho. Cada ser humano es distinto. Hay pasos que deben ser muy individuales. Lo importantes es que no desaparezcan los programas de soporte de salud mental”, comenta el isleño quien llegó a la ciudad de Nueva York, cuando tenía 15 años y ante estos nuevos escenarios, ha redoblado un interés en orientar a sus pares, sobre los servicios de salud disponibles.

El lado más dramático
Algunas estimaciones, confirman que NYC, alberga la mayor población transgénero del mundo, estimada en más de 50,000 de acuerdo con unos balances en 2018.

Eduardo asegura que inclusive en Nueva York, cuna de los derechos civiles del colectivo LGBTQIA+, en medio de la vorágine de “ataques” que reciben como grupo humano, las mujeres trans están siempre en el filo de muchas barreras.

Pero si se decanta el tema, hacia los inmigrantes que vienen huyendo de esquemas de violencia de América Latina, el análisis toma dimensiones dolorosas.

“He sido testigo de cómo muchos llegan aquí y siendo mujeres trans, son llevados a compartir albergues con hombres. He escuchado historias de hispanos que han sido botadas a la calle por sus padres. Y terminan teniendo como una opción de sobrevivencia, ejercer la prostitución. Es un ciclo repetido de nuestras chicas migrantes. Por eso desde mi posición, me siento afortunado, porque he tenido lo principal: el amor incondicional de toda mi familia”, reveló.

Selma, una chica trans mexicana ayuda a sus pares latinas, a navegar en los servicios de salud disponibles en Nueva York (Foto: Fernando Martínez- Impremedia ) El Diario Nueva York
“Me siento bendecida”
Selma nació en San Luis de Potosí, México. Como mujer trans inició su proceso de transición de género en un momento, que ella misma etiqueta como “tarde”. Es decir, una vez que decidió emigrar a Estados Unidos, hace 26 años. Después de ese tiempo, confiesa que pese a todas las barreras “normales” que debió enfrentar, ha sido en los últimos meses, en que ha recibido señales muy nítidas de que su comunidad está siendo muy rechazada.

“Hay como un nuevo clima de rechazo. Recientemente en el Alto Manhattan tuve problemas con el uso del baño. También en un aeropuerto, tuve que enfrentar retrasos en mi chequeo de rutina, por el tema de mi nombre legal. Lo que muchas de mis compañeras me comentaban, lo he vivido en carne propia”, contó.

La inmigrante de origen azteca, a pesar de las adversidades, percibe un ambiente seguro en la ciudad de Nueva York. Colabora con la organización Oasis, brindando orientación en temas de salud a la comunidad LGBTQIA+ latina. Además, pondera que uno de los principales desafíos que enfrentan sus compañeras hispanas, es la aceptación familiar. Un aspecto crucial que ella ha podido sobrellevar armónicamente.

“Crecí en una familia en donde desde muy niña, escuchaba muchos comentarios negativos contra quienes se sentían diferentes. Si para una familia hispana, es difícil entender a un hijo gay, imagínate uno trans. Sin embargo, yo hice mi trabajo, abrí mi corazón, los eduqué. Hoy me quieren y me aceptan tal como soy. Por eso me siento bendecida”, destaca emocionada Selma.

Levántate: Orgullo y Protesta
Hoy se conmemora en Nueva York el gran evento del Orgullo con una marcha en la Quinta Avenida de Manhattan, en honor a quienes se levantaron en contra de la policía en 1969, en Stonewall, un popular bar gay del Bajo Manhattan, cuando ser LGBTQIA+, era considerado un delito penal.
El año pasado, el presidente Joe Biden visitó el Stonewall, para honrar el 55 aniversario de esos disturbios y participar en la inauguración del Centro de Visitantes del Monumento Nacional Stonewall, un nuevo espacio para exaltar los derechos civiles de este colectivo.
Hoy se espera la asistencia de millones de espectadores, miembros de la comunidad y aliados a la marcha del Orgullo en Manhattan, considerada una de las manifestaciones LGBTQIA+ más grandes del mundo.
El tema de este año es “Levántate: Orgullo en Protesta”. Los organizadores afirman que el tema refleja los orígenes del movimiento del Orgullo en la protesta y es un poderoso llamado a la acción para que las comunidades y sus aliados se movilicen y marchen en un ambiente de celebración, defensa y solidaridad.

Kazz Alexander, copresidente de la Marcha del Orgullo de Nueva York dijo que “los desafíos que enfrentamos hoy, particularmente en este clima político, nos exigen unirnos en solidaridad. El Orgullo no es simplemente una celebración de la identidad, es una poderosa declaración de resistencia”.
El dato:
Las siglas LGBTQAI+ significan lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer o en cuestionamiento, agénero o asexuales, e intersexuales. El signo “+” indica que, si bien el acrónimo pretende ser inclusivo, abarca, en diversos sentidos, más de lo que indican las etiquetas por separado.

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