viernes 24 de octubre de 2025 03:31 am
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“Perdonar también sana el alma: Jesús, la Biblia y los Hermanos de Emaús nos enseñan a liberar el corazón este Día Internacional del Perdón a un Ex”

Un llamado espiritual al perdón: sanar el alma para volver a vivir. Jesús colocó el perdón en el centro del Evangelio. En cada palabra y en cada gesto, enseñó que perdonar no es una opción moral, sino un camino espiritual hacia la plenitud y la paz interior.

En este Día Internacional del Perdón a un Ex, recordemos que perdonar es amar como Cristo amó, sin condiciones ni límites.
Jesús no solo habló del perdón: lo vivió, lo enseñó y lo entregó en la cruz, mostrando al mundo que solo el amor tiene la última palabra.

Por José Zabala, creador de contenido

Nueva York. – El perdón no solo es una palabra, es una experiencia divina. Es el acto más puro del alma humana, porque quien perdona se libera, se eleva y se reconcilia con Dios.
Cada 17 de octubre, el Día Internacional del Perdón a un Ex nos invita a mirar dentro del corazón, a sanar las heridas que deja el amor y a transformar el dolor en crecimiento espiritual.

Más que una fecha simbólica, este día representa una oportunidad de renacimiento interior. En medio de las emociones humanas, Jesús nos recuerda que el perdón es un puente hacia la paz, un gesto que reconecta el espíritu con la fe y nos enseña a amar con madurez y compasión.

Perdonar no significa justificar ni olvidar. Significa elegir la libertad sobre el resentimiento. Es cerrar un ciclo con dignidad, gratitud y serenidad, sabiendo que solo el corazón que perdona puede volver a amar verdaderamente.

 Jesucristo y el poder del perdón

Jesús colocó el perdón en el centro del Evangelio. En cada palabra y en cada gesto, enseñó que perdonar no es una opción moral, sino un camino espiritual hacia la plenitud y la paz interior.

  1. En el Sermón del Monte (Mateo 6:14-15):

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
Jesús nos enseña que el perdón abre las puertas del cielo y nos libera de las cadenas del orgullo.

  • En la Cruz (Lucas 23:34):

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
Estas palabras son la cumbre del amor divino: perdonar en medio del sufrimiento, cuando parece imposible, es el mayor acto de fe.

  • En la parábola del siervo despiadado (Mateo 18:21-35):
    Cuando Pedro pregunta si debe perdonar hasta siete veces, Jesús responde:

“No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.”
Es decir, el perdón no tiene límites, porque el amor de Dios tampoco los tiene.

 La Biblia: el perdón como gracia divina

Desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, la Biblia nos enseña que perdonar es reflejar el amor de Dios.
El perdón es una gracia que transforma al que la da y al que la recibe.

  • Salmo 103:12:

“Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.”
Dios, en su infinita misericordia, nos perdona completamente y nos invita a hacer lo mismo.

  • Efesios 4:32:

“Sed bondadosos y compasivos unos con otros, perdonándoos mutuamente, así como Dios os perdonó en Cristo.”

  • Colosenses 3:13:

“Perdonaos mutuamente si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor os perdonó, perdonad también vosotros.”

 En resumen, la Biblia nos enseña que el perdón no es debilidad, sino obediencia al amor de Dios, que libera al alma de la esclavitud del resentimiento y la conduce hacia la verdadera paz.

 El perdón según los Hermanos de Emaús

Los Hermanos de Emaús, inspirados en Lucas 24:13-35, ven el perdón como una experiencia de encuentro con el Cristo resucitado.
Para ellos, perdonar es caminar junto a Jesús en medio del dolor, dejar que su presencia ilumine el corazón y transforme la tristeza en esperanza.

  • Perdonar no es olvidar, sino sanar el corazón herido con la presencia viva de Cristo.
  • En el Camino de Emaús, los discípulos iban abatidos, pero al escuchar la Palabra y reconocer al Maestro, sus corazones ardieron de amor y sus ojos se abrieron a la verdad.
    Así también, quien perdona resucita con Cristo en su interior.

Los Hermanos de Emaús invitan a cada creyente a:

  1. Reconocer el dolor.
  2. Escuchar la Palabra.
  3. Caminar con Jesús.
  4. Dejar que el corazón se encienda en el fuego del perdón.

El perdón, afirman, es la llave de la resurrección interior. Solo quien perdona puede experimentar la paz del Resucitado, esa paz que el mundo no puede dar.

 Conclusión: Perdonar es volver a vivir

El perdón, según Jesús, la Biblia y los Hermanos de Emaús, es el lenguaje más puro del amor.
No borra el pasado, pero sana las heridas del alma, rompe las cadenas del rencor y abre las puertas a un nuevo comienzo.

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