Un reciente ejercicio militar de Rusia, en el que demostró su capacidad para lanzar un ataque nuclear «masivo», generó preocupaciones internacionales.
El Kremlin anunció que Rusia llevó a cabo recientemente un ejercicio militar, ensayando su capacidad para lanzar un ataque nuclear “masivo”.
El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, informó sobre el ejercicio, que implicaba preparar una respuesta a un ataque nuclear enemigo. Shoigu le contó los detalles de este ensayo al presidente Vladimir Putin, lo que alimentó aún más las preocupaciones internacionales.
Los ejercicios militares de este año fueron mucho más allá de las simulaciones rutinarias de preparación nuclear para Rusia. Específicamente giraban en torno a “realizar un ataque nuclear masivo por parte de fuerzas ofensivas estratégicas en respuesta a un ataque nuclear enemigo“, como informó el Ministro de Defensa Shoigu al Presidente Putin, según la BBC.
Una declaración del Kremlin reveló que estos ejercicios incluían “lanzamientos prácticos de misiles balísticos y de crucero“. En particular, se disparó un misil balístico intercontinental Yars desde un sitio de pruebas en el lejano oriente de Rusia, mientras que se lanzó otro misil desde un submarino de propulsión nuclear en el Mar de Barents.
Además, el Ministerio de Defensa incluso publicó imágenes de estas pruebas de alto riesgo.
Salida del Tratado Internacional de Prohibición de Ensayos Nucleares
El momento de estos provocativos ejercicios militares coincide con la controvertida decisión de Rusia de retirarse de un tratado internacional que prohíbe todos los ensayos físicos de ojivas nucleares. El Parlamento de Rusia completó formalmente el proceso de aprobación de una ley para desratificar este tratado, lo que intensificó aún más las tensiones globales.
El presidente Putin enfatizó que la retirada se alinea con la posición de Estados Unidos. Estados Unidos había firmado, pero nunca ratificado, el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE), acordado en 1996. El TPCE prohíbe “cualquier explosión de prueba de arma nuclear o cualquier otra explosión nuclear” en cualquier parte del mundo, con el objetivo de reducir el riesgo de proliferación y ensayos nucleares.
Estos acontecimientos recientes se suman a las crecientes preocupaciones sobre las capacidades nucleares y el clima geopolítico. La invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero del año pasado ya generó preocupaciones sobre el posible uso de armas nucleares en conflictos regionales.
En junio, en una medida preocupante, Rusia desplegó un primer lote de armas nucleares tácticas en Bielorrusia. El presidente Putin aclaró que estas armas solo se utilizarían si el territorio o estado de Rusia estuviera bajo amenaza directa.
El gobierno estadounidense ha declarado que actualmente no hay indicios de que el Kremlin tenga intención de utilizar armas nucleares para atacar a Ucrania. Sin embargo, el último ejercicio militar de Rusia y su retirada del tratado de prohibición de ensayos nucleares siguen provocando inquietud global sobre las capacidades e intenciones nucleares en el escenario mundial.
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