Félix Cabrera, principal responsable del evento, no se hizo acompañar de un buen equipo de trabajo, que dejó todo para última hora. Se anticipa que el control de este evento lo tendrá la Major League Baseball en sus futuras ediciones, por todos los errores cometidos y entendiendo que la mayoría de los jugadores pertenecen a la MLB y que el torneo se juega en parques de Grandes Ligas.
Por Luis Hidalgo.
New York- «Titanes del Caribe», un ensayo deportivo en medio del desorden, decepción de los fanáticos azules e innumerables quejas. El evento entre los nuevos rivales de la pelota invernal de la República Dominicana, Tigres del Licey y las Águilas Cibaeñas, empezó mal y terminó con un gran sabor amargo, en medio del desorden y la mala coordinación.
El trofeo de campeón lo fabricaron el día antes del primer juego. Lo vi, lo tuve en mis manos, y me pregunté, ¿por qué esperar a última hora para hacer esto? El jueves, 09 de noviembre, a las 2pm, el trofeo aún no estaba listo. Y en vez de grabar las letras «Titanes del Caribe» se le puso el flyer que Félix Cabrera también utilizó para dárselo a su staff para el acceso al Citi Field.
Los Vips del estadio estuvieron llenos de personas que nada tienen que ver con la crónica deportiva, ni mucho menos con la organización. Gentes con entradas VIP que en vez de aportar al torneo restaban. Había como una locura, nadie sabía nada, y todo el mundo era parte. Eso sucede cuando no hay una buena coordinación.
Las boletas estuvieron súper caras. La Zona de Delta Airlines, con los mejores asientos, detrás del Home Plate, costaba 450 dólares por boleta. Toda la zona fue bloqueada, aparecían pocos tickets disponibles para la venta online. No sé con qué intención se hizo o si fue el mercado negro que las compró para revenderlas.
Se anunciaron más de 20 artistas, pero la mayoría solo hizo aparición y cuando más interpretaron una canción con «pista» salvo excepciones. El evento fue un éxito por la «sed» que teníamos los fanáticos dominicanos de ver un partido de baseball dominicano en Nueva York. Y porque dos equipos como las Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey despiertan esa «rivalidad» entre sus seguidores.
Pero el evento fue deslucido por muchos factores.
1-La falta de liquidez de sus productores que puso en peligro los dos últimos partidos. Aunque luego se alcaro.
2- Las desafortunadas declaraciones de José Offerman, el manager del Licey.
3- El esperado concierto fue con pista y no con orquestas en vivo, excepto dos grupos del total de 20 que llevaron sus músicos.
4- Prensa internacional se quedó sin acreditación porque todos los «pases» de prensa se lo dieron a amigos y relacionados de Félix Cabrera y su anillo. Zamora Live, aunque fue socio, no coordinó la logística general.
5-Los partidos no contaban en el standing (eran de exhibición).
6-Culpar a LIDOM por ver sólo lo material, los dólares.
7- Los altos precios de las boletas.
Asistimos a los tres partidos con una comisión de alto nivel que fue a supervisar todo. Pagamos nuestras boletas durante dos días. El primer día fuimos invitados por Víctor Dumé, gerente de la firma AIB (Aeropuerto Internacional de Bávaro) y su fundación Cap Cana. Gracias Víctor por tu don de gente.
Los grandes beneficiados. Tony Peña y sus Águilas Cibaeñas que supieron utilizar los tres juegos para «despertar» y salir de un slump por el que atravesaban. ¡Felicidades a todos los aguiluchos, se fueron invictos!