Jason Kurland, el llamado “abogado de la lotería” de Long Island (NY), fue sentenciado ayer a 13 años de prisión en una corte de Brooklyn por estafar a ganadores del premios millonarios, entre otros delitos.
Jason Kurland, el llamado “abogado de la lotería” de Long Island (NY) que estafó a ganadores del premios millonarios, fue sentenciado a 13 años de prisión ayer en una corte de Brooklyn (NYC).
Las víctimas incluyeron a una pareja que ganó un premio mayor de Mega Millions de $1.5 mil millones de dólares y un mecánico de Staten Island que acertó un Powerball de $245 millones. Según un cálculo de los fiscales, los clientes de Kurland perdieron más de $60 millones.
Kurland, de 49 años, fue acusado en agosto de 2020 tras una investigación del FBI. Lo condenaron en un juicio el año pasado por desviar el dinero de los ganadores a su propio negocio de adelantos en efectivo para comerciantes, y por perder millones de sus fondos en un esquema Ponzi y un acuerdo turbio para vender equipo de protección personal a California durante la pandemia de COVID.
Nunca les dijo a los ganadores que él era uno de los dueños de los negocios en los que estaba invirtiendo, destacó Daily News.
El juez de la Corte Federal de Brooklyn, Nicholas Garaufis, dijo ayer que el abuso de confianza era “grotesco e insondable para un abogado”.
“Personas reales han sufrido graves consecuencias por el comportamiento del señor Kurland”, comentó el juez. “Fueron ganadores afortunados, pero cuando conocieron al señor Kurland, terminaron siendo perdedores”.
“Para lograr que aceptaran estas inversiones, Kurland mintió a las víctimas de la lotería una y otra vez”, escribieron los fiscales federales en un memorando de sentencia del 15 de mayo. “Kurland presentó estas inversiones como transacciones independientes con empresas de terceros y pretendía recomendarlas a las víctimas de la lotería como su asesor neutral de confianza: su abogado, que estaba allí para velar por sus mejores intereses”.
Los abogados de Kurland pidieron libertad condicional y arresto domiciliario, y lo describieron como un hombre de familia devoto y voluntario de la comunidad.
El acusado contuvo las lágrimas ayer cuando pidió clemencia a Garaufis y le dijo al juez que, aunque no estaba de acuerdo con el veredicto, sabía que había hecho “cosas estúpidas y equivocadas”.
“Le he fallado a tantos, su señoría: a mis clientes, mi profesión, mi país”, dijo. “Hice todo lo que estaba a mi alcance para que mi familia siguiera adelante… No quiero nada más que compensar mis errores y de alguna manera mejorar la sociedad, en lugar de agobiarla”.
Kurland trabajó junto a Frankie Russo, el hijo de Joseph “JoJo” Russo, un capo de la familia criminal de Colombo que murió en 2007 en una prisión federal; Christopher Chierchio, descrito en documentos judiciales como un soldado de la familia Genovese; y el ex corredor de valores Frank Smookler.
Kurland y sus secuaces invirtieron decenas de millones de dólares en un esquema Ponzi de $200 millones de dólares dirigido por el joyero de Long Island Gregory Altieri.
Para cubrir sus pérdidas, Kurland y sus cómplices invirtieron decenas de millones de dólares en máscaras faciales y otros equipos de protección personal (EPP) en la primavera de 2020 que serían revendidos al estado California para obtener ganancias. El trato se vino abajo y el dinero se convirtió en humo.
Los tres se declararon culpables en el caso, pero Kurland mantuvo su inocencia y sus abogados lo pintaron como una víctima que fue engañada por Smookler y Russo.
Tras su sentencia, Kurland permanecerá libre bajo fianza hasta el 18 de octubre, cuando debe entregarse y comenzar su tiempo en prisión. No dijo nada a los periodistas cuando salió de la sala del tribunal ayer. Su abogado, Telemachus Kasulis, dijo que planea presentar una apelación.
La Cosa Nostra funciona a través de entidades conocidas como “familias”, que en Nueva York son cinco: Bonanno, Genovese, Luchese, Colombo y Gambino.
eldiariony.com