La muerte de diez personas en Urumqi hace tres días por el fuego fue la chispa que prendió la oleada de protestas contra la política de covid cero registradas en diferentes ciudades este fin de semana.
Un día después de vivir la mayor oleada de protestas contra la política de covid cero, las autoridades chinas reaccionaron con censura en las redes sociales, nuevas detenciones y culpando a “fuerzas con motivos ocultos” de vincular un incendio mortal detonante de las movilizaciones con las medidas anticovid gubernamentales.
El fuego que dejó diez muertos y nueve heridos tuvo lugar el pasado jueves noche en un bloque de viviendas de Urumqi, capital de la región de Xinjiang. Muchos consideran que las víctimas podrían haberse salvado de no ser por las medidas anticovid que mantenían la zona semiconfinada y que dificultaron la actuación de los bomberos.
El suceso provocó una ola de críticas online por todo el país que al cabo de unas horas se materializó en protestas callejeras en numerosas ciudades como Shanghái, Pekín, Nanjing, Chengdu o Wuhan.
En esas concentraciones, los asistentes mostraron su hartazgo con la política covid cero y pidieron con folios en blanco en la mano, símbolo de rechazo a la censura que opera sin descanso, el fin de las restricciones al grito de “¡Queremos libertad!”, “¡Abrid China!” o “¡No queremos más pruebas PCR!”, en referencia a la obligatoriedad de someterse a este tipo de test varias veces por semana.
En Shanghái, pulmón financiero del país, incluso se lanzaron soflamas contra el Partido Comunista y su líder, Xi Jinping, una muestra de descontento muy inusual en un país donde las muestras de disenso público contra la autoridad se pagan caras.
Preguntado al respecto este lunes, el portavoz de Exteriores chino, Zhao Lijian, señaló sobre el origen de las marchas que “en las redes sociales hay fuerzas con motivos ocultos que relacionan este incendio (de Urumqi) con la respuesta local al covid-19”.
En su intervención, el portavoz también hizo referencia a la detención de un periodista del canal británico BBC que cubría las protestas de Shanghái. Según el medio británico, su empleado, Ed Lawrence fue “golpeado y pateado por la policía” mientras estuvo retenido durante varias horas antes de ser liberado. Lejos de condenar lo sucedido, Zhao aseguró que la nota de prensa de la BBC no refleja lo que realmente sucedió y que el reportero no se identificó como periodista.
Las palabras del portavoz rompen con el silencio sepulcral mantenido hasta ahora por los medios de comunicación estatales sobre lo sucedido. Mientras que las protestas copaban las portadas de medio mundo, en China estaban reservadas para los resultados de las elecciones municipales de Taiwán, el lanzamiento del cohete espacial Shenzhou-15 o las últimas cifras económicas.
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