jueves 21 de noviembre de 2024 12:41 pm

¿Cómo vencer las tentaciones?

Las Escritura dice que todos afrontan las tentaciones. (1 Corintios 10:13) dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana». Tal vez esto proporciona un poco de aliento cuando a menudo sientes que el mundo está imponiéndose sobre ti nada más, y que otros son inmunes a las tentaciones.

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Se nos dice que Cristo también fue tentado: «Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado» (Hebreos 4:15).

¿Entonces de dónde vienen estas tentaciones? En primer lugar, no vienen de Dios, aunque Él las permite. (Santiago 1:13) dice,¡: «Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”. En el primer capítulo de Job, vemos que Dios permitió a Satanás tentarlo, pero con restricciones. Satanás anda en la tierra como león, buscando a gente para devorar (1 Pedro 5:8). El versículo 9 nos dice resistirlo, sabiendo que otros cristianos también están experimentando sus ataques.

Por estos pasajes podemos saber que las tentaciones vienen de Satanás. Vemos en (Santiago 1:14) que la tentación origina en nosotros también. Somos tentados cuando somos «llevados y seducidos por nuestra propia lujuria» (verso 14). Te permites pensar ciertos pensamientos, ir a lugares donde no deberías ir y tomar decisiones basadas en tus deseos que te llevan a la tentación.

La palabra tentación tiene un significado distinto para cada persona, algunos tienen problemas para controlar su lengua, en tanto que otros batallan con el impulso de usar drogas o de consumir demasiado alcohol. Muchos luchan una guerra secreta con sus apetitos sexuales.

No importa con lo que usted este luchando, sepa que no esta solo, que no es la única persona que tiene dificultades para tomar las decisiones correctas. La tentación ha sido definida como «la atracción a cometer un acto imprudente o inmoral, especialmente por una recompensa ofrecida (o percibida)». Eso es lo que hace que el proceso de tomar una decisión produzca mucha tensión. La buena opción puede parecer poco atractiva superficialmente, en tanto que la negativa tiene un atractivo especial.

En algunos momentos debes sentir tensión cuando estas decidiendo entre lo que debes y lo que no debes hacer. Esta lucha no es imaginaria; el cuestionamiento «debo o no debo» no es un ejercicio intelectual aislado. Se esta librando una verdadera guerra dentro de ti.

La raíz de este conflicto se llama pecado. Por naturaleza todos hemos nacido pecadores y estamos separados de Dios; es decir, tenemos un deseo nato de vivir como queremos en lugar de hacerlo como Dios lo prescribe. La única solución para esta separación de Dios esta en su Hijo Jesucristo que murió en la cruz para pagar el castigo por el pecado y reconciliarnos a Dios (Romanos 6:23); (Juan 3:16).

Entonces, ¿cómo resistir las tentaciones? En primer lugar, debes volver al ejemplo de Jesús cuando fue tentado en el desierto por satanás en (Mateo 4:1-11). Cada una de las tentaciones de satanás fue recibida con la misma respuesta: «Escrito está», seguida por las Escrituras. Si el Hijo de Dios usaba la Palabra de Dios para efectivamente poner fin a las tentaciones, lo cual sabemos que funciona, porque después de tres fallidos esfuerzos, «el diablo entonces lo dejó» (v. 11).

¿Cuánto más necesitamos nosotros usarla para resistir nuestras propias tentaciones? Todos nuestros esfuerzos para resistir serán débiles e ineficaces a menos que sean impulsados por el Espíritu Santo a través de la constante lectura, estudio y meditación en la Palabra. De esta manera, seremos transformados “por medio de la renovación de vuestro entendimiento» (Romanos 12:2).

No hay otra arma contra la tentación excepto la «espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios» (Efesios 6:17).

Colosenses 3:2 dice: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Si nuestras mentes están llenas de los últimos programas de televisión, la música y todo lo que la cultura tiene para ofrecer, seremos bombardeados con mensajes e imágenes que inevitablemente conducen a deseos pecaminosos.

Si tu mente está llena de la majestad y santidad de Dios, el amor y la compasión de Cristo y el brillo de ambos reflejado en su Palabra perfecta, encontraras que tu interés en las lujurias de este mundo disminuirá y desaparecerá. Pero sin la influencia de la Palabra en nuestras mentes, estamos abiertos a cualquier cosa que Satanás quiere usar para atacarnos.

bibliatodo.com

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