Por José Zabala creador de contenido
El reconocido Salón de la Fama del Béisbol, David Ortiz, mejor conocido como “Big Papi”, ha generado un intenso debate luego de utilizar la palabra “vainita” para describir lo que entregó a los jugadores de los Leones del Escogido antes del reciente partido contra los Tigres del Licey. Si bien Ortiz se expresó en un contexto de camaradería y apoyo, la elección de palabras ha sido vista por algunos como un ejemplo de cómo ciertos términos pueden ser malinterpretados en el país.
En la República Dominicana, estamos en un proceso de evolución cultural y lingüística donde buscamos superar expresiones que podrían generar confusión o malentendidos. Palabras como “vainita”, utilizadas en un contexto barrial o coloquial, pueden ser malinterpretadas en una nación donde el lenguaje influye profundamente en la percepción pública.
David Ortiz, una figura querida y respetada, tiene un peso significativo en la opinión pública dominicana. En este sentido, sería oportuno que reconsiderara la manera en que se dirige a los fanáticos y a los equipos para evitar interpretaciones equivocadas. Ortiz, como embajador de nuestro béisbol y la cultura dominicana, tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo y utilizar términos que unan en lugar de generar divisiones o controversias innecesarias.
La expresión, aunque dicha en un momento de entusiasmo, ha generado una reflexión entre los seguidores del deporte y la comunidad en general sobre la importancia de elegir palabras que eviten ambigüedades. La Lidom también podría considerar ofrecer orientaciones para garantizar que el lenguaje usado en el contexto del béisbol promueva el respeto mutuo y la unidad entre todos los fanáticos y jugadores.
David Ortiz tiene el carisma, la trayectoria y el respeto necesarios para dar el ejemplo. Un cambio en la forma de expresarse, particularmente en escenarios tan apasionados como el béisbol, podría evitar que surjan malentendidos en el futuro y demostrar su compromiso con el progreso cultural y social del país.
¿Qué opinas de esta situación? ¿Deberíamos todos reflexionar más sobre el uso del lenguaje en momentos de emoción? ¡Déjanos saber tu opinión!