Por José Zabala, Creador de Contenido
Nueva York, NY – Las próximas elecciones presidenciales del 5 de noviembre de 2024 se presentan como un verdadero referendo del pueblo estadounidense. La decisión que se tome en las urnas no solo definirá el futuro político del país, sino también los valores que la sociedad estadounidense desea seguir. Si el electorado opta por reelegir a Donald Trump, un expresidente envuelto en mentiras, problemas legales y políticas que fomentan la división, la historia podría sentenciar con claridad: “Los pueblos tienen el gobierno que se merecen”.
Es alarmante que, a pesar de las evidentes políticas antiinmigrantes y el discurso racista que ha marcado la trayectoria política de Trump, algunos miembros de la comunidad dominicana en Estados Unidos estén inclinados a apoyar su candidatura. Esta tendencia es preocupante, dado que los dominicanos, como parte de las minorías que enriquecen el tejido social estadounidense, serían gravemente afectados por las políticas excluyentes de un candidato que históricamente ha perjudicado a los inmigrantes.
Un voto con consecuencias
El proyecto 2025, promovido por Trump y sus seguidores, se perfila como una amenaza directa a los derechos de las minorías y los inmigrantes en Estados Unidos. Las comunidades latinoamericanas, entre ellas la dominicana, han experimentado el impacto de las políticas de división y exclusión que caracterizan a Trump. Por ello, resulta sorprendente y lamentable que algunos dominicanos aún consideren votar por un candidato que claramente atenta contra sus propios intereses.
Una reflexión necesaria
Es importante que los votantes dominicanos y latinoamericanos reflexionen sobre el peso de su voto en estas elecciones. Elegir a Trump es optar por un futuro que podría desmantelar las políticas inclusivas y de apoyo a las minorías que tanto ha costado construir. El racismo, la xenofobia y las políticas restrictivas para los inmigrantes son incompatibles con los valores de igualdad y justicia que muchos han defendido durante décadas en este país.
El 5 de noviembre de 2024, más que una elección, será una prueba del compromiso de Estados Unidos con sus principios democráticos y con la diversidad que enriquece la nación. Votar por Trump significaría un retroceso para las comunidades que han luchado por sus derechos y por un lugar en una sociedad que promete libertad e igualdad para todos.