sábado 28 de diciembre de 2024 13:49 pm

Hispano clama “inocencia” tras sentencia de por vida por sicariato en NY; le pagaron con un reloj

Condenan a Cadena Perpetua a Sicario Hispano por Asesinato en Queens, Insiste en su Inocencia

Antony Abreu, condenado a cadena perpetua por el asesinato a sangre fría de Xin “Chris” Gu, un desarrollador inmobiliario de Nueva York, continúa proclamando su inocencia. “No maté a nadie,” afirmó ante la jueza Carol Bagley Amon en su sentencia en el Tribunal Federal de Brooklyn, tras ser declarado culpable por el asesinato ocurrido el 12 de febrero de 2019 en Queens, Nueva York.

Gu fue asesinado tras una disputa empresarial con su exsocio, Qing Ming “Allen” Yu, quien presuntamente contrató a Abreu como sicario y le pagó con un reloj de lujo marca Richard Mille. El asesinato se llevó a cabo en la madrugada mientras la víctima salía de un bar de karaoke en Flushing.

A lo largo del juicio, la fiscalía federal presentó a Abreu como el autor material del homicidio, argumentando que acechó a su víctima y le disparó a quemarropa. A pesar de las evidencias y de los testimonios presentados, Abreu sostuvo que nunca conoció a Gu ni estuvo presente en la escena del crimen. Durante su testimonio, afirmó que ya cumple una sentencia de 24 años por distribución de drogas, y que su implicación en el asesinato fue fabricada.

El asesinato de Gu es parte de una intrincada red de venganzas y traiciones empresariales en la que participaron múltiples acusados. Yu, quien dirigía la empresa de desarrollo Amaco, presuntamente contrató al sobrino You You para formar un “equipo de asesinato” al descubrir que Gu había fundado su propia empresa, llevándose empleados y clientes clave. Zhang, cómplice y conductor de la fuga, fue igualmente condenado a cadena perpetua.

Un video de vigilancia captó el momento en que Gu fue atacado al salir del bar “Grand Slam KTV” en Queens, siendo abatido por un hombre enmascarado. La defensa de Abreu, liderada por Susan Kellman, argumenta que no existen pruebas concluyentes de que el reloj fuera una forma de pago por el asesinato, y apelará el fallo en un tribunal superior.

Esta condena deja en evidencia la complejidad de las relaciones empresariales y el alcance extremo de las disputas en la industria inmobiliaria de Nueva York, un caso que seguirá resonando mientras los abogados defensores buscan justicia en las cortes de apelación.

Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com

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