Por Adalberto Dominguez
La política, como ciencia, es importante para la democracia, la independencia, libertad y soberanía de los países y sus pobladores, elementos garantizados por organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y las normativas de la diplomacia internacional.
Sin embargo, la corrupción ha socavado la confianza en la política en más de tres décadas de la llamada globalización. En medio de ese panorama, encontramos políticos que ejercen esa carrera con honestidad y responsabilidad ante los constituyentes que los eligen a cargos locales, regionales, nacionales e internacionales para desempeñar funciones públicas.
Entre estos se podría mencionar a muchos dominicanos que han hecho una labor político-partidista en nuestro país y en los Estados Unidos, llegando a laborar a beneficio de la población y no solo para enriquecerse ellos, sus familiares o grupos de su predilección.
Con esta introducción me refiero ahora a la iniciativa del congresista Adriano Espaillat para que la República Dominicana obtenga mayores recursos para la protección de sus fronteras y seguridad ciudadana así como un mayor control del narcotráfico y contrabando de armas, etc., como parte de la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe (CBSI) y la ley HR1802 sometida por el congresista dominico-estadounidense.
Dicha legislación permite a los Estados Unidos asignar casi $75,000.000 por año desde 2022 hasta 2026 para mejorar su condición de seguridad con las naciones del Caribe (13), que incluye a la República Dominicana, combatir el tráfico ilícito de drogas, apoyar la reforma del poder judicial y fortalecer el estado de derecho y abordar la inestabilidad por desastres naturales.
La CBSI no es nada nuevo, pues esa Iniciativa había sido creada por el ex presidente Barack Obama en el año 2009 y lo que ha hecho Espaillat no es más que buscar que se disponga de mayores recursos para beneficiar a las naciones miembros en la protección de sus fronteras y batallar contra el crimen trasnacional, el tráfico ilícito de drogas y armas, así como prevenir la delincuencia juvenil.
De ahí, que no es posible ni es un objetivo que los Estados Unidos tome el control de las zonas fronterizas y del servicio migratorio de la nación fundada por Juan Pablo Duarte, como se ha pretendido falsamente dar a entender a la población. Este absurdo, no lo permiten las leyes de las naciones ni internacionales ni el marco legal en las relaciones diplomáticas entre las mismas y ningún país puede legislar para implementar leyes que inciden en el quehacer y la política doméstica de otros territorios en el mundo, es decir, ningún país puede legislar para implementar sus leyes en otra nación.
Además, en la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, como mecanismos de acción figuran capacitación, talleres de inducción,equipamiento, con contribuciones, mientras que en 9 años la República Dominicana ha recibido desde el 2015 más de 177 millones de dólares a razón de 19,1 por año y con un desarrollo en el país en elementos importantes como son el sistema 911 y la ampliación de su cobertura en un 75%, el incremento de captura de narcotraficantes en territorio dominicano.
Un legislador coherente
Debido a su liderazgo, Adriano Espaillat, oriundo de la ciudad de Santiago de los Caballeros e hijo del profesor Ulises Espaillat y doña Melba Espaillat, ha sido blanco de críticas de sus adversarios políticos cuando se desarrollaron procesos electorales como la campana para elegir al presidente de los Estados Unidos, congresistas y otros funcionarios el 5 de noviembre, en las que buscarán la primera magistratura la actual vicepresidenta Kamara Harris (demócrata) y el ex presidente Donald Trump. (republicano).
Es miembro desde el 13 de enero de 2017, de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el distrito 13 de Nueva York; fue miembro del Senado y de la Asamblea Estatal de Nueva York, convirtiéndose en primer dominicano en ser elector a una Asamblea de Estado y al Congreso de los Estados Unidos. Asimismo es vicepresidente del Caucus Hispano del Congreso (CHC), presidente del Instituto de ese Caucus (CHCI) y coordinador del Caucus Demócrata.
Su distrito congresual abarca a Harlem, East Harlem, West Harlem, Hamilton Heights, Washington Heights, Inwood, Marble Hill, el noroeste de El Bronx..