Reflexión de José Zabala:
“La Navidad debe ser una época de unión y reflexión, y si bien el árbol de Navidad es un símbolo importante, lo que realmente cuenta es el espíritu de amor y solidaridad que compartimos con los demás. Este año, quizás veamos menos árboles en los hogares, pero esto no significa que el espíritu navideño esté desapareciendo, sino que estamos adaptando nuestras celebraciones a las realidades actuales”.
Carmen Mejía, residente de Washington Heights, comparte: “Este año no pondré árbol. Prefiero enfocarme en regalos útiles para mis hijos, en lugar de gastar en algo que solo estará unas semanas”.
Juan Pérez, líder comunitario, opina: “Siento que la Navidad está cambiando. Lo importante es mantener el espíritu de amor y unión, con o sin árbol de Navidad. Creo que podemos encontrar otras maneras de celebrar y recordar nuestras raíces”.
María Sánchez, terapeuta en Nueva York, agrega: “Para algunos, no poner árbol es un acto de autocuidado. La Navidad puede desencadenar emociones fuertes, y al reducir la decoración, pueden encontrar un respiro en lugar de enfrentar recuerdos difíciles”.
Por José Zabala, creador de contenido
Nueva York – Con la llegada de la temporada navideña, muchos hogares latinos y dominicanos en particular se enfrentan a la pregunta de si colocarán el tradicional árbol de Navidad este año. Sin embargo, lo que antes era una tradición infaltable está experimentando un cambio, con cada vez más familias optando por omitir o reducir la decoración navideña. ¿Qué está provocando esta tendencia?
Economía: La inflación y los altos costos de vida han obligado a muchas familias a ajustar sus presupuestos, y los artículos de decoración navideña no son una excepción. Comprar un árbol de Navidad, decoraciones y luces representa un gasto adicional que no todos pueden cubrir en estos tiempos de desafíos económicos. “Para muchas familias, es difícil justificar el gasto en adornos cuando están luchando por cubrir lo básico”, comenta José Zabala.
Salud Mental: La época navideña suele ser un momento sensible para muchas personas que enfrentan el estrés y la tristeza debido a la pérdida de seres queridos o a la distancia de familiares. La decisión de evitar las decoraciones puede estar vinculada a mantener una paz emocional, ya que algunos prefieren mantener una atmósfera neutral en lugar de intensificar las emociones propias de la temporada.
Miedo a los Incendios: El uso de árboles naturales y luces puede representar un riesgo de incendio. Con los costos de electricidad en aumento, las personas también están optando por limitar el uso de luces navideñas. “El temor a accidentes domésticos y el deseo de evitar el incremento en el consumo de energía han hecho que algunos se lo piensen dos veces antes de colocar decoraciones”, explica Zabala.
Pérdida del Espíritu Navideño: La combinación de factores económicos, emocionales y de seguridad parece haber reducido el entusiasmo navideño en algunos hogares. La ausencia de reuniones familiares como se realizaban en el pasado y el estilo de vida más individualista de hoy en día también pueden contribuir a una disminución en la importancia que se le da a esta tradición.
