viernes 12 de septiembre de 2025 14:25 pm
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66 migrantes rescatados en el Canal de la Mona: El peligroso viaje que termina en repatriación

El Canal de la Mona, conocido por sus aguas traicioneras y su ubicación estratégica entre República Dominicana y Puerto Rico, fue escenario de un nuevo operativo de rescate y repatriación esta semana. La Guardia Costera de Estados Unidos, en coordinación con la Patrulla Fronteriza, interceptó una embarcación precaria que transportaba a 66 personas en condiciones de alta vulnerabilidad. El grupo, compuesto por 48 dominicanos, 16 haitianos y 2 rumanos, intentaba llegar a Puerto Rico de manera ilegal, un destino que, aunque cercano geográficamente, representa un viaje lleno de riesgos debido a las corrientes marinas, la falta de equipos de seguridad y la exposición a redes de tráfico humano.

La detección de la embarcación, conocida popularmente como «yola», ocurrió durante un patrullaje aéreo realizado por la División de Mar y Tierra de Protección del Caribe. Los agentes avistaron la nave a unas 20 millas náuticas al noroeste de la Isla de Mona, una zona de alta vigilancia debido a su uso frecuente por parte de migrantes y narcotraficantes. Inmediatamente, se alertó a la tripulación del escampavía ‘Heriberto Hernández’, que zarpó desde San Juan para interceptar la yola. Al abordarla, los guardacostas confirmaron que la embarcación carecía de chalecos salvavidas, luces de navegación y cualquier equipo de seguridad, lo que la convertía en una trampa mortal para sus ocupantes.

Una vez rescatados, los 66 migrantes fueron trasladados a la embarcación de la Guardia Costera, donde recibieron asistencia médica, alimentos y alojamiento temporal. Sin embargo, el destino final para la mayoría fue la repatriación. Los 48 dominicanos y 16 haitianos fueron devueltos a San Pedro de Macorís, en República Dominicana, mientras que el caso de los dos rumanos sigue bajo investigación, dado que su presencia en una embarcación caribeña de migrantes es un fenómeno atípico y preocupante. Autoridades migratorias no descartan que puedan estar vinculados a redes de tráfico internacional, lo que añade una capa de complejidad a este tipo de operativos.

Este incidente no es un caso aislado. Según registros de la Guardia Costera, desde octubre de 2024, se han interceptado más de 400 migrantes en el Caribe, la mayoría de ellos haitianos y dominicanos, aunque también se han detectado ciudadanos de otras nacionalidades. La ruta del Canal de la Mona sigue siendo una de las más utilizadas para intentar llegar a Puerto Rico o Florida, a pesar de los riesgos y la alta probabilidad de ser interceptados. Las autoridades estadounidenses mantienen una presencia constante en la zona, con patrullas aéreas, marítimas y terrestres, en un esfuerzo por disuadir el tráfico ilegal de personas y drogas.

El Teniente Cory Arsenault, oficial de enlace para la Embajada de EE.UU. en Puerto Príncipe, advirtió que “cualquier intento de entrada ilegal por mar será interceptado y repatriado”, en línea con las políticas migratorias vigentes. Arsenault destacó que estos operativos no solo buscan proteger las fronteras, sino también salvar vidas, ya que muchas embarcaciones terminan naufragando debido a su falta de condiciones mínimas de seguridad. La Guardia Costera ha rescatado a cientos de personas en situaciones similares, pero también ha recuperado cuerpos de quienes no lograron sobrevivir al viaje.

La presencia de dos ciudadanos rumanos en la embarcación ha llamado la atención de las autoridades. Aunque no se han proporcionado detalles sobre su situación, su inclusión en una ruta migratoria caribeña sugiere la posible expansión de redes de tráfico humano que operan más allá de la región. Esto plantea interrogantes sobre cómo personas de Europa del Este terminan en embarcaciones precarias en el Caribe, y si existen conexiones con organizaciones criminales transnacionales. La investigación sobre su caso podría revelar nuevas dinámicas en el tráfico ilegal de migrantes, un fenómeno que parece estar evolucionando hacia esquemas más globales y sofisticados.

Mientras las autoridades continúan con los operativos de vigilancia, expertos en migración advierten que la solo repatriación de los interceptados no es una solución sostenible. Sin políticas que aborden las causas estructurales de la migración irregular—como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades en países como Haití y República Dominicana—el flujo de personas arriesgando sus vidas en el mar no disminuirá. El caso de los 66 migrantes rescatados en el Canal de la Mona es solo un ejemplo más de una crisis humanitaria que requiere atención urgente y soluciones integrales, más allá de la mera interceptación y devolución.


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