Por Luis Hidalgo
Santo Domingo, R.D. – El reconocido creador de contenido y comunicador digital José Zabala ha lanzado una contundente crítica al estado actual de los medios de comunicación en la República Dominicana, al considerar que el país no puede sostener su desarrollo social, educativo ni cultural con una “comunicación chismosa, vulgar y carente de valores”.
La comunicación en República Dominicana atraviesa una crisis de contenido y de propósito. Entre chismes y vulgaridades, se desdibuja la verdadera misión de informar, educar y entretener con sentido. El reto está planteado: transformar los medios desde la ética y la creatividad, con el apoyo de comunicadores responsables, audiencias críticas y patrocinadores comprometidos con el bien colectivo.
A pesar del contexto, José Zabala reconoce el impacto de la revolución digital y la necesidad de adaptarse a una nueva generación de consumidores de contenido. Sin embargo, insiste en que:
“Se puede ser moderno sin perder los valores. Se puede ser viral con respeto. Lo que necesitamos es formación, visión y responsabilidad. Es tiempo de rescatar la comunicación de calidad y dejar atrás la competencia del mal gusto.”
“Los medios están llenos de morbo, ruido, escándalos y vulgaridades que no construyen ciudadanía. El país necesita una comunicación con propósito, con base, que aporte al pensamiento crítico y al crecimiento de todos los sectores. Ya es hora de que entendamos que lo viral no siempre es lo correcto, y que comunicar no es lo mismo que degradar”, expresó Zabala sin negar que existe un nuevo estilo de comunicación y que no va a desplazar a lo tradicional. Ambos tienen cabida en la sociedad.
Crisis de contenido en medios tradicionales y digitales
En los últimos años, el país ha sido testigo de un marcado desgaste en la radio, la televisión y las redes sociales, donde la falta de creatividad, la repetición de fórmulas y el enfoque en contenidos vacíos o sensacionalistas han ido sustituyendo la esencia de una buena comunicación.
El concepto “urbano” ha transformado negativamente la estructura comunicacional, normalizando los malos modales, la vulgaridad y la controversia como formas válidas de entretener y opinar. Esta situación ha provocado el alejamiento de marcas responsables y anunciantes tradicionales, quienes prefieren no asociarse con plataformas que carecen de principios éticos y estética comunicacional.
Opiniones del público
Rosalina Gómez, madre y empleada bancaria, comenta:
“Ya ni dejo que mis hijos vean ciertos programas, y ni hablar de las redes. Todo es chisme, insultos y doble sentido. Antes la televisión educaba, ahora es una selva de gritos.”
Carlos Jiménez, joven universitario de comunicación social, agrega:
“Yo estudio medios y me frustra ver que para ser notado tienes que ser escandaloso o vulgar. La competencia ya no es por calidad, sino por quién se atreve más. Y eso está dañando a quienes de verdad quieren ejercer con ética.”
Doña Bernarda López, pensionada:
“Prefiero ver documentales en YouTube o escuchar programas de antes. Lo que se ve ahora es una falta de respeto. Uno no aprende nada, solo se envenena.”
¿Cómo se sostienen programas vacíos económicamente?
Muchos programas digitales se mantienen por patrocinios efímeros, intercambios publicitarios y estrategias de monetización en redes, no siempre transparentes. Algunos sobreviven únicamente por la controversia, sin una estructura empresarial sólida. Esto, sumado a una audiencia fragmentada y cada vez más exigente, ha puesto en jaque la sostenibilidad de muchas propuestas.
