Por José Zabala, Creador de Contenido
El expresidente Donald Trump, conocido por sus afirmaciones incendiarias, protagonizó uno de los momentos más controversiales del debate presidencial cuando, sin pruebas, acusó a los inmigrantes haitianos en Ohio de «comerse a las mascotas». «Se están comiendo a los perros, a los gatos… las mascotas de la gente», afirmó Trump, causando conmoción entre los espectadores y siendo inmediatamente desacreditado por el moderador, David Muir, quien citó fuentes oficiales que desmintieron esas acusaciones.
Los rumores sobre los haitianos cometiendo actos de crueldad contra los animales habían circulado en redes sociales, pero las autoridades de Springfield, Ohio, donde supuestamente ocurrieron los hechos, confirmaron que no existe evidencia alguna que respalde estas afirmaciones. El alcalde de la ciudad, Rob Rue, reiteró que la desinformación estaba distrayendo a la comunidad de los problemas reales como la falta de vivienda y la sobrecarga del sistema de salud.
Este tipo de retórica no es nueva en la estrategia política de Trump, quien ha utilizado rumores infundados para alimentar el miedo y la división entre los votantes. Sin embargo, lo que comenzó como un comentario en un debate se ha transformado en una peligrosa teoría de conspiración que ha sido denunciada incluso por portavoces de la Casa Blanca, quienes advierten sobre el riesgo de que estas declaraciones inciten a la violencia contra los inmigrantes.
A pesar de las críticas, Trump continuó defendiendo sus comentarios y aprovechó el escenario para difundir más teorías conspirativas, esta vez relacionadas con la administración Biden y el supuesto dinero extranjero que habría recibido. Sin embargo, una vez más, las afirmaciones del expresidente no contaron con pruebas concretas y fueron rápidamente desacreditadas.
Mientras Trump se aferra a estos rumores para ganar apoyo, su falta de propuestas claras y el uso recurrente de desinformación parecen haberlo aislado aún más de una parte significativa del electorado. En contraste, Kamala Harris, quien participó en el mismo debate, ofreció un plan de salud concreto y detallado que busca beneficiar a todos los estadounidenses, conectando con los votantes que buscan soluciones reales a los problemas del país.
La noche marcó un punto de inflexión en la campaña, dejando a Trump en una posición más débil y exponiendo la fragilidad de su discurso basado en divisiones y teorías infundadas. Con cada mentira desmentida, el exmandatario parece perder credibilidad, mientras figuras como Harris ganan terreno con propuestas claras y enfocadas en el bienestar de todos los ciudadanos. Fuente nbcnews/ drudgereport

















