La comunidad de Los Pepines recibió la visita con alegría y gratitud. Vecinos, artistas y promotores culturales coincidieron en que la presencia de figuras como Espaillat y Vásquez reafirma el compromiso con las tradiciones que fortalecen la identidad dominicana.
Por José Zabala, creador de contenido: Promoviendo el arte, los símbolos patrios, la cultura y el orgullo dominicano en la diáspora.
Santiago, República Dominicana. – En un emotivo acto cargado de respeto, nostalgia y orgullo cultural, la comunidad del barrio Los Pepines rindió homenaje póstumo a la madre del asesor político Radhames López, una de las fundadoras del tradicional “Son de Keka”, símbolo de la identidad santiaguera.
El homenaje coincidió con la visita del congresista Adriano Espaillat y del cónsul dominicano en Nueva York, Jesús “Chu” Vásquez, quienes compartieron con la comunidad local en este histórico rincón cultural donde el ritmo, la memoria y la alegría se funden en una misma celebración.
Palabras de reconocimiento y unidad comunitaria
El congresista Adriano Espaillat, al compartir con los presentes, expresó su admiración por este símbolo de la cultura popular santiaguera:
“El Son de Keka es una joya cultural. Hoy honramos a una madre ejemplar, pero también celebramos la fuerza de una comunidad que ha sabido mantener viva su historia. Este espacio representa el alma alegre, luchadora y creativa del pueblo dominicano”.
Por su parte, el cónsul Jesús “Chu” Vásquez destacó el valor de la tradición y la importancia de reconocer el papel de las mujeres en la construcción de la cultura popular:
“La madre de Radhames López representa el corazón de nuestras comunidades: mujeres que sin buscar protagonismo dejan huellas imborrables en la historia cultural de nuestros barrios. Este homenaje es un tributo al amor, al trabajo y al legado que ellas dejan”.
Un legado que vive entre el ritmo y el amor al pueblo
Con visible emoción, Radhames López agradeció la visita y el reconocimiento a su madre, resaltando su entrega, sencillez y compromiso con las tradiciones populares que dieron vida al “Son de Keka”.
“Mi madre fue una mujer del pueblo, de fe, de trabajo y de amor. Este mural no es solo un recuerdo físico, sino un testimonio de lo que ella representó: la alegría, la unión y la identidad del barrio Los Pepines. Gracias a todos por mantener vivo este legado cultural que nos pertenece a todos los santiagueros”, expresó López.
La familia, junto a vecinos y amigos, recordó que su madre fue una de las primeras impulsoras de este espacio de baile y convivencia, donde cada domingo las calles de Santiago se llenan de música, sonrisas y raíces.
El Son de Keka: un patrimonio vivo del corazón de Santiago
El “Son de Antonio Keka” es mucho más que una fiesta; es una tradición popular que ha convertido a la Calle Cuba, casi esquina Vicente Estrella, en una verdadera pista cultural. Allí, al compás del son cubano fusionado con el alma dominicana, se mezclan generaciones, sonidos y colores.
Este proyecto cultural forma parte de la iniciativa “Murales de Santiago”, impulsada por la Alcaldía de Santiago bajo la visión del alcalde Abel Martínez, que busca preservar la memoria histórica y promover el turismo cultural sostenible.
Cada fin de semana, los bailadores y cultores del son mantienen viva la esencia del barrio, donde la guitarra, el tres, el bongó, las maracas y las claves crean una atmósfera única que transporta al visitante a las raíces más auténticas del Caribe.
Un homenaje desde el corazón de Los Pepines
La comunidad de Los Pepines recibió la visita con alegría y gratitud. Vecinos, artistas y promotores culturales coincidieron en que la presencia de figuras como Espaillat y Vásquez reafirma el compromiso con las tradiciones que fortalecen la identidad dominicana.
“Hoy, más que un homenaje, vivimos una fiesta de gratitud y orgullo. Nuestra gente se siente honrada de ver cómo la historia de una madre trabajadora se convierte en símbolo de cultura y respeto”, expresó un representante local del Son de Keka.
Conclusión: La música como memoria eterna
El mural que inmortaliza a la madre de Radhames López no es solo una obra artística, sino una expresión de amor, fe y permanencia. En cada nota del son, en cada baile dominical y en cada sonrisa de Los Pepines, late su espíritu.
Su vida y su legado seguirán iluminando el camino de quienes, como ella, creen que la cultura es el alma de los pueblos.

















