El lunes 8 de septiembre de 2025, un incendio devastó una casa unifamiliar en la calle 254 de Bellerose, Queens, revelando una escena que ha conmocionado a toda la ciudad de Nueva York. Una pareja de ancianos, un hombre de 77 años y una mujer de 78, fue encontrada sin vida en el interior de la vivienda, ambos atados y con signos evidentes de haber sido víctimas de un crimen brutal antes de que el fuego consumiera el lugar. Los bomberos, que tardaron aproximadamente 40 minutos en controlar las llamas, descubrieron los cuerpos en condiciones que sugieren un homicidio premeditado y de extrema violencia.
El caso tomó un giro aún más perturbador cuando las autoridades revelaron la existencia de un video de vigilancia que captura a un hombre desconocido ingresando a la casa minutos antes de que se desatara el incendio. El sospechoso, descrito como un individuo de entre 30 y 40 años, de tez oscura y complexión media, fue visto por última vez vestido con una gorra negra, chaqueta oscura, pantalones vaqueros y zapatillas del mismo color. Las imágenes lo muestran caminando con aparente tranquilidad hacia la vivienda, sin que nadie en el vecindario sospechara de sus intenciones. Según las investigaciones preliminares, el hombre pudo haber permanecido dentro de la casa durante varias horas, posiblemente buscando objetos de valor antes de cometer el crimen y prender fuego a la propiedad para encubrir las pruebas.
Los detalles del hallazgo son escalofriantes. El hombre de 77 años fue encontrado atado a una columna en el sótano de la casa, con cuerdas elásticas que le inmovilizaban por completo. Mientras tanto, el cuerpo de la mujer de 78 años yacía en el primer piso, con claras señales de haber sido rociada con un acelerante antes de ser incendiada. Los investigadores trabajan bajo la hipótesis de que el crimen pudo haber sido motivado por un robo que escaló a la violencia extrema, aunque no descartan otras posibilidades. La fiscalía de Queens ha confirmado que se trata de un doble homicidio y que el incendio fue provocado intencionalmente para ocultar el crimen.
La comunidad de Bellerose, un barrio residencial y generalmente tranquilo, ha quedado en estado de shock. Vecinos y conocidos de la pareja describieron a las víctimas como personas amables, reservadas y muy queridas en el vecindario. «Era una pareja muy tranquila, siempre saludaban con una sonrisa. Nunca imaginamos que algo así pudiera pasar aquí. Esto parece sacado de una película de terror», comentó un residente que prefirió mantener el anonimato. La comunidad dominicana de Queens, en particular, ha mostrado una gran solidaridad, organizando vigilias y recaudando fondos para apoyar a la familia de las víctimas en estos momentos difíciles.
Las autoridades del NYPD han lanzado una alerta pública y solicitan la colaboración ciudadana para identificar y ubicar al sospechoso. Se ha instado a cualquier persona que tenga información relevante a comunicarse con la línea directa de Crime Stoppers o a través de su sitio web. Mientras tanto, los equipos forenses continúan analizando los escombros de la casa en busca de pruebas que puedan llevar a la captura del agresor. La familia de las víctimas, que aún no ha sido identificada oficialmente a la espera de la notificación formal, ha expresado su desesperación y exigido justicia. «Queremos respuestas. Queremos saber por qué alguien haría algo tan horrible. Mi padre y mi madre no le hicieron daño a nadie», declaró un familiar cercano en una entrevista con medios locales.
Este crimen ha reavivado el debate sobre la seguridad en los barrios residenciales de Nueva York y la necesidad de proteger a los adultos mayores, quienes suelen ser blancos fáciles para delincuentes sin escrúpulos. Las autoridades han prometido no escatimar recursos hasta dar con el paradero del sospechoso y esclarecer los motivos detrás de este brutal acto. Mientras la investigación avanza, la comunidad de Bellerose sigue en duelo, unida en su exigencia de justicia y en su apoyo a la familia de las víctimas, quienes merecen respuestas y paz en medio de tan terrible tragedia.
