El mundo del béisbol llora la pérdida de una de sus promesas más brillantes. Jesús Montero, el exjugador de las Grandes Ligas que en su momento fue comparado con leyendas como Miguel Cabrera, falleció a los 35 años tras sufrir un accidente de motocicleta en su natal Valencia, Venezuela, el pasado 4 de octubre. El impacto contra una camioneta dejó a Montero con múltiples fracturas y lesiones graves en órganos internos, que finalmente terminaron con su vida el 19 de octubre, tras días de lucha en cuidados intensivos.
Montero, quien fue firmado como agente libre internacional por los New York Yankees en 2006, fue considerado en su juventud como «tal vez el mejor bateador latino desde Miguel Cabrera», según la directiva de los Yankees. Su debut en las mayores en 2011 generó grandes expectativas, y aunque su carrera no alcanzó el nivel que muchos pronosticaban, dejó un legado de poder ofensivo y pasión por el deporte. Tras su paso por los Seattle Mariners y otras franquicias, Montero continuó vinculado al béisbol venezolano y a ligas menores hasta cerca de 2020-21, manteniendo siempre su amor por el juego.
Su muerte ha conmocionado a la comunidad beisbolera, especialmente en Venezuela, donde era recordado no solo por su talento, sino por su humildad y entrega. Montero representaba la esperanza de una generación de peloteros venezolanos que soñaban con triunfar en las Grandes Ligas. Su partida deja un vacío irreparable, pero también el recuerdo de un atleta que, pese a las adversidades, nunca dejó de luchar por su pasión.
El béisbol latinoamericano pierde a uno de sus hijos más queridos, pero su legado permanecerá en la memoria de quienes lo vieron crecer, triunfar y, sobre todo, amar el deporte hasta el final.