El viernes 3 de octubre de 2025 quedó grabado en los libros de historia financiera cuando los principales índices bursátiles de Estados Unidos cerraron una semana de ganancias con nuevos récords, a pesar del tercer día consecutivo de paralización del Gobierno federal. En un escenario donde la incertidumbre política suele generar volatilidad, los mercados demostraron una resistencia inesperada, impulsados por la creciente expectativa de que la Reserva Federal (Fed) recorte las tasas de interés en los próximos meses. El Dow Jones y el S&P 500 alcanzaron máximos históricos, mientras que el Nasdaq, aunque cerró en rojo, no logró opacar el optimismo generalizado que domina Wall Street.
El S&P 500 cerró en 6.715,82 puntos, un aumento marginal de 0,01%, pero suficiente para consolidar un nuevo récord. Por su parte, el Dow Jones experimentó un repunte más pronunciado, subiendo 242 puntos (0,52%) hasta situarse en 46.761,72 unidades, su nivel más alto en la historia. Sin embargo, el Nasdaq Composite rompió la racha alcista al caer 63,19 puntos (0,28%), arrastrado por el mal desempeño de las acciones tecnológicas, en particular Applied Materials, que se desplomó tras anunciar un impacto de $600 millones en sus ingresos para 2026, y Tesla, que continuó su tendencia a la baja. Aun así, el sector eléctrico del S&P 500 logró avances, demostrando que no todo en el ámbito tecnológico fue negativo.
La Fed y el optimismo que mueve los mercados
El verdadero motor detrás de este rally no fue otro que la creciente certeza de que la Fed recortará las tasas de interés. Los datos publicados el viernes por el Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) mostraron una contracción del empleo en el sector servicios por cuarto mes consecutivo, lo que reforzó las expectativas de un giro en la política monetaria. «Parece que el impulso está del lado de los inversores», declaró Mona Mahajan, estratega de inversión de Edward Jones, en declaraciones a Reuters. «La probabilidad de un recorte de tasas de la Fed ha subido desde que comenzó el cierre del Gobierno», añadió, señalando que los datos débiles de empleo y el informe del ISM alimentan la idea de que la Fed podría acelerar los recortes para evitar un frenazo económico.
Anthony Saglimbene, estratega jefe de mercado de Ameriprise Financial, advirtió que, aunque históricamente los cierres del Gobierno no han tenido un impacto grave en los mercados, una paralización prolongada podría generar incertidumbre adicional. «Cuanto más tiempo pase, más riesgo hay de que se retrasen datos económicos clave, lo que podría nublar la toma de decisiones de la Fed», explicó. Sin embargo, por ahora, los inversores parecen más enfocados en las señales de flexibilización monetaria que en los riesgos políticos.
Europa no se queda atrás: El STOXX 600 alcanza su tercer récord consecutivo
Mientras Wall Street celebraba sus ganancias, los mercados europeos también vivieron una semana para recordar. El índice paneuropeo STOXX 600 cerró en máximo histórico por tercera sesión consecutiva, acumulando un avance del 2,8% en la semana y un 12,4% en lo que va de 2025. El dinamismo del sector sanitario —con AstraZeneca (+1,6%) y Novo Nordisk (+2,1%) liderando las ganancias— y el sector minero impulsaron el optimismo. Además, los bancos europeos, como Raiffeisen (+7,4%), se beneficiaron de noticias como el posible levantamiento de sanciones a activos vinculados al oligarca ruso Oleg Deripaska, lo que podría compensar al banco austriaco por pérdidas previas.
Los analistas de UBS Global Wealth Management destacaron que, aunque el acuerdo con Pfizer en Estados Unidos no ofrece claridad sobre aranceles, la confianza a corto plazo y los motores de crecimiento a largo plazo siguen respaldando un panorama positivo para el sector sanitario. «La solidez de los fundamentales y la mejora en la confianza del consumidor están alimentando este rally», señalaron.
¿Qué sigue? Los ojos puestos en la Fed y el cierre del Gobierno
A pesar del optimismo, persisten riesgos latentes. El cierre parcial del Gobierno podría prolongarse, afectando la publicación de datos económicos clave, como el informe de empleo de septiembre, cuya difusión ya se ha retrasado. Si la paralización se extiende, los inversores podrían empezar a cuestionar la resiliencia de la economía estadounidense, especialmente si la falta de datos dificulta la toma de decisiones de la Fed.
No obstante, el consenso en el mercado es claro: la Fed está más cerca de recortar tasas. «Los datos del ISM y la debilidad en el empleo sugieren que la economía está enfriándose, lo que justificaría un recorte en diciembre o principios de 2026», afirmó un analista de JPMorgan Chase. Mientras tanto, los mercados siguen celebrando, con el STOXX 600 acercándose al rendimiento del S&P 500 (que acumula un 14,7% de ganancia en 2025), en un año donde la resiliencia económica y las expectativas de flexibilización monetaria han sido los grandes protagonistas.