Picoteando el Espectáculo
Y ahora… los heraldos del lodo claman perdón.¡Qué ternura!
Los mismos que arrojaron veneno sin medir distancias, que con dedos ligeros ensuciaron nombres, destruyeron reputaciones y sembraron dolor en familias enteras —niños incluidos, adolescentes vulnerables que ahora cargan cicatrices digitales— esos mismos hoy vienen, cabizbajos y temblorosos, a mendigar disculpas.
¿Perdón? ¿Ahora?
Pero si desde la comodidad de su escritorio en Miami eran puro coraje; campeones de la calumnia, gladiadores de la injuria con Wi-Fi.
¡Qué bravos se sentían, empuñando micrófonos como espadas!
¿Y ahora bajan la cabeza?
Nos vemos en la justicia. Y háganlo con calma, bajen el volumen de su arrogancia… no vaya a ser que pasen de pedir perdón a suplicar misericordia con lágrimas en la solapa.
a la/s 6/04/2025