jueves 3 de julio de 2025 04:45 am
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Isidro Chávez “La Rana”: El saxofón que marcó una época y hoy clama por justicia

En el escenario de la música dominicana, hay nombres que suenan con fuerza, que resuenan en cada acorde, en cada fiesta, en cada recuerdo de nuestra identidad musical. Pero también hay nombres que, aunque discretos ante el gran público, fueron pilares fundamentales en la construcción de nuestro legado sonoro. Uno de esos nombres es Isidro Chávez, conocido cariñosamente como “La Rana”, un saxofonista excepcional que entregó su vida a la música, y que por décadas brilló como parte de la mítica orquesta de Johnny Ventura.

Como pianista que compartió con él muchos años dentro de esa inolvidable agrupación, guardo en mi corazón los recuerdos de un compañero fiel, un músico de alma limpia, comprometido con su arte, con una risa contagiosa y un saxofón que hablaba por él cuando las palabras no eran suficientes.

La Rana no solo era un ejecutante, era un artista. Con su saxofón le dio sabor al merengue, ahí está el jaleo del “Tabaco”, la agarradera y otros, que hicieron bailar a toda una generación. Estuvo allí, firme, en cada gira, en cada grabación, en cada fiesta donde Johnny Ventura llevó alegría al pueblo. Fue parte del engranaje que hizo posible esa revolución musical que cambió para siempre el merengue dominicano.

Hoy, con el paso del tiempo y los achaques propios de la edad, Isidro Chávez necesita más que aplausos y memorias. Necesita el reconocimiento institucional que le corresponde. La vida del artista dominicano, muchas veces, no viene acompañada de seguridades ni garantías al llegar la vejez, pero eso no debe ser una condena. Por eso, hacemos un llamado respetuoso y urgente al Estado dominicano para que se le otorgue a este músico insigne la pensión de dignidad que merece.

No estamos hablando solo de un saxofonista. Estamos hablando de un testigo y protagonista del desarrollo musical de nuestra nación, de un hombre que ayudó a construir el alma rítmica de este país. Su historia, como la de tantos otros músicos invisibilizados, debe ser contada, valorada y protegida.

La cultura no se sostiene solo con eventos y discursos, sino con acciones que dignifiquen a quienes la han hecho posible. Isidro Chávez, “La Rana”, debe ser honrado en vida. Que su saxofón no quede como un eco perdido, sino como una bandera viva de lo que fuimos, somos y queremos seguir siendo como pueblo.

Porque sin memoria no hay nación, y sin justicia no hay cultura.

Por el Lic. Andrés Mejía Yepez
Abogado y Gestor Cultural

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