Por Ramon Mercedes.
NUEVA YORK.- El fallecimiento por causas naturales de periodistas, camarógrafos y fotógrados de medios de comunicación dominicanos en esta ciudad durante los últimos tres años ha impactado la comunidad quisqueyana, según testimonio de varios reconocidos connacionales.
En este 2025 que está a punto de terminar se han ido a destiempo los comunicadores Miguel Cruz Tejada, Marcos Bencosme, Pedro Aguiar e Iliana Rodríguez, hija de George Rodríguez, director del Canal TV América.
Durante el 2024 se citan a Belkis Martínez y Víctor Gómez. Otros fallecidos, que ejercieron durante décadas en NYC y se retiraron a la RD, fueron Humberto Oliviera, Luis Pichardo y Wilfredo Medina.
En el pasado reciente fallecieron Luis A. Rojas Durán, Ramón Aníbal Ramos, José Rodríguez (El Taxista), Fernando Navarro, Rafael Emiliano Payano García y Javier Linares. ¡Paz a sus almas!
Hay otros que actualmente se encuentran padeciento quebrantos de salud, como son los casos de José Alduey Sierra, Manuel Ruíz, el autor de esta crónica (con diabetes), Darío Abreu, José Sandoval, Nazario Brea, César Romero, Francis Méndez y Johnny Trinidad, entre otros.
El fallecimiento de nuestros periodistas en NYC ha afectado nuestra comunidad, porque fueron voces emblemáticas, dejando un profundo vacío entre sus colegas, lectores y compatriotas.
Porque fueron férreos defensores de los intereses de la diáspora en la Gran Manzana, al representar medios en los que divulgaban informaciones sobre hechos que repercutían entre nuestros connacionales, coinciden en manifestar el asambleísta George Alvarez (D-78) en El Bronx y el sociólogo Jaime Vargas.
Asimismo, Luis Mayobanex Rodríguez, dirigente social y de izquierda; Radhamés Rodríguez, presidente de la Asociación de Bodegueros Unidos de América (UBA), el comunicador Román Polanco, Javier Fuentes, politólogo y teólogo y Roberto Rojas, empresario y presidente de la Fundación Solución Nacional (SOLN).
Los periodistas dominicanos en esta Metrópoli, que reportan para su país de origen, ejercen la profesión de manera gratuita, apegados a la transparencia y la verdad, por la defensa de su comunidad y porque viven la carrera desde hace décadas, en muchos casos cubriendo su propia logística a fin de reportar los acontecimientos, sostienen algunos.
La libertad de prensa, el derecho a publicar libremente sin censura de parte de los medios en RD, de informar y dar a conocer la realidad de cada acontecimientos en la urbe, son garantías de que a la comunidad quisqueyana hay que mantenerla informada.
El rol principal de un periodista es recopilar, investigar, contrastar y difundir información de interés público con veracidad y objetividad, sirviendo como un puente entre los hechos y la sociedad a través del medio que representa, porque es un componente indispensable para el buen funcionamiento de la comunidad quisqueyana en NYC.
La prensa cómplice con la que sueñan algunos políticos, comunitarios, empresarios y profesionales dominicanos en NYC tiene cada vez menos espacio entre los periodistas criollos en la Metrópoli, quienes alegan que pueden ser engañados una vez, pero jamás todo el tiempo.
















