El viernes 3 de octubre de 2025, el tribunal federal de Manhattan sentenció a Sean «Diddy» Combs a cuatro años y dos meses de prisión, poniendo fin a un juicio que expuso un patrón de abuso sexual, violencia y explotación que se extendió durante años. El magnate del hip-hop, conocido por su influencia en la música y su estilo de vida lujoso, fue declarado culpable de transportar personas a través del país para participar en encuentros sexuales que, según la fiscalía, incluían violencia, drogas y coerción.
Aunque Combs fue absuelto de los cargos más graves, como tráfico sexual y crimen organizado, que podrían haberlo llevado a cadena perpetua, la sentencia lo mantendrá tras las rejas y alejado del centro de atención que alguna vez dominó. La fiscalía había solicitado una condena de 11 años, pero el juez Arun Subramanian consideró que cuatro años y dos meses eran suficientes, aunque advirtió que las absoluciones no eximen a Combs de su conducta violenta y coercitiva.
Testimonios que conmocionaron al tribunal
Durante el juicio, que duró casi dos meses, el tribunal escuchó testimonios desgarradores de mujeres que describieron cómo Combs las golpeó, amenazó y obligó a participar en actos sexuales degradantes. Su exnovia, Casandra «Cassie» Ventura, testificó que Combs la obligó a tener relaciones sexuales con desconocidos en cientos de ocasiones durante su relación. «Me arrastraba como un animal», recordó Ventura, describiendo un video presentado como prueba en el que Combs la golpeaba en un pasillo de hotel.
Otra testigo, identificada como «Jane», declaró que era presionada para tener relaciones con otros hombres durante «noches de hotel» llenas de drogas, mientras Combs observaba y, en ocasiones, grababa los encuentros. La fiscal Christy Slavik fue clara al describir el patrón de conducta de Combs: «No necesitaba el dinero. Su moneda era el control». También criticó su arrogancia, mencionando informes de que Combs había planeado una conferencia en Florida para la semana siguiente a su sentencia, lo que el juez calificó como «el colmo de la arrogancia».
Un discurso de arrepentimiento entre lágrimas
Antes de que se dictara la sentencia, Combs se dirigió al tribunal con un discurso emotivo. «Mi comportamiento pasado fue repugnante, vergonzoso y enfermo», dijo, llorando mientras se disculpaba con las víctimas y con sus hijos, presentes en la sala. Sus abogados argumentaron que los encuentros sexuales fueron consensuales y que Combs había cambiado durante su tiempo en prisión preventiva, donde recuperó la sobriedad.
Sin embargo, las palabras de Combs contrastaron con los testimonios de sus víctimas. Cassie Ventura, en una carta al juez, lo describió como «un abusador que siempre será el mismo hombre cruel y manipulador». Otra acusadora, una exasistente identificada como «Mia», lo acusó de violarla en 2010 y pidió una sentencia que reflejara «el peligro constante que representa».
El legado manchado de un ícono del hip-hop
Combs, quien alguna vez dominó la industria musical con su sello Bad Boy Records y lanzó las carreras de artistas como The Notorious B.I.G. y Mary J. Blige, ahora enfrenta los próximos años en prisión. Sus hijos, incluyendo a Chance y D’Lila Combs, lloraron al pedir clemencia al juez. «Por favor, su señoría, dele a nuestra familia la oportunidad de sanar junta», suplicó D’Lila, recordando la pérdida de su madre, Kim Porter, en 2018.
Fuera del tribunal, una multitud de periodistas y curiosos se agolpaba, recordando los días en que Combs era sinónimo de éxito. Ahora, su nombre quedará asociado a uno de los casos más oscuros de abuso en la historia del entretenimiento. Mientras sus abogados prometen apelar, el mundo reflexiona sobre el costo del poder y la impunidad que, durante años, permitió que estos crímenes quedaran ocultos.
