Washington, 16 de julio de 2025. El expresidente Donald Trump ha lanzado duras críticas contra miembros de su propio partido que han expresado dudas sobre su vinculación con el caso de Jeffrey Epstein. A través de una serie de publicaciones en su red Truth Social, Trump calificó a estos republicanos de «desleales» y los acusó de hacer eco de narrativas impulsadas por los demócratas.
«Ciertos republicanos cobardes están comprando la mentira del caso Epstein», escribió Trump, en referencia a recientes declaraciones de figuras conservadoras que han pedido más transparencia sobre los vínculos pasados entre el exmandatario y el financiero fallecido. «Es repugnante ver cómo algunos ‘republicanos’ se prestan al juego sucio de la izquierda, justo cuando estamos ganando», añadió Trump, insistiendo en que cualquier insinuación sobre una relación inapropiada con Epstein es parte de una «caza de brujas diseñada para frenar nuestro movimiento».
Entre los cuestionamientos internos más destacados figura el del senador republicano Ben Sasse, quien pidió públicamente una investigación independiente sobre las conexiones de Epstein con figuras del poder, incluyendo a Trump y otros expresidentes. «La justicia no debe tener colores partidistas», afirmó Sasse.
La respuesta de Trump no se hizo esperar. Lo acusó de «traicionar al partido y al pueblo estadounidense» y de «aliarse con los globalistas» para desacreditar su campaña de cara a las elecciones de 2028. Otros legisladores, como la congresista Marjorie Taylor Greene, salieron en defensa del expresidente, calificando las críticas como «infundadas y calculadas».
Analistas coinciden en que este conflicto interno revela una fractura creciente dentro del Partido Republicano, entre quienes apoyan a Trump de manera incondicional y quienes abogan por distanciarse de las controversias que lo rodean. Mientras tanto, los votantes conservadores parecen mantenerse mayoritariamente fieles al exmandatario, quien continúa encabezando las encuestas dentro del GOP, a pesar de los escándalos que lo rodean.
Este episodio refleja las tensiones internas dentro del Partido Republicano, donde las divisiones sobre cómo manejar las controversias asociadas a Trump podrían tener implicaciones significativas para la unidad del partido y su estrategia de cara a las próximas elecciones. La lealtad de la base conservadora hacia Trump sigue siendo un factor clave en la política interna del partido, incluso mientras enfrentan presiones para abordar las preocupaciones éticas y legales que rodean a su figura más prominente.
