El presidente ruso, Vladímir Putin, emprende este domingo un viaje a China con un objetivo claro: asegurar el apoyo militar, económico y político de sus aliados asiáticos, en un momento en que las presiones de Donald Trump y Occidente amenazan con asfixiar su maquinaria de guerra en Ucrania. Mientras el aislamiento de Rusia se profundiza en el escenario occidental, el Kremlin encuentra en Asia-Pacífico a socios clave dispuestos a desafiar las sanciones de Washington, desde China e India hasta Irán y Corea del Norte.
El escudo asiático contra las sanciones de Trump Putin llegará a Pekín para reunirse con el líder chino, Xi Jinping, en un encuentro donde también participará el ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov. El objetivo es fortalecer la alianza ante las amenazas de Trump, quien ha prometido endurecer las medidas contra Moscú si no detiene su ofensiva en Ucrania. Sin embargo, el Kremlin cuenta con un as bajo la manga: el suministro constante de armamento norcoreano e iraní, así como el flujo de petrorrublos gracias a las exportaciones de crudo a China e India, que en 2024 alcanzaron los $115,000 millones de dólares.
La Cumbre de Shanghái: Un frente unido contra Occidente El lunes, Putin participará en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), donde Rusia y China buscan presentar un frente común contra las políticas unilaterales de EE.UU., especialmente en el ámbito comercial. Trump ha utilizado aranceles y sanciones como herramientas de presión, pero países como India —que recibió un nuevo arancel del 25% por comprar petróleo ruso— y China —que ha aumentado sus importaciones de crudo pese a las amenazas de Washington— demuestran que el bloqueo occidental tiene fisuras críticas en Asia.
Corea del Norte e Irán: Los aliados incómodos de Moscú Putin también aprovechará su estancia en China para reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un, con quien firmó en 2024 un acuerdo de defensa mutua durante su histórica visita a Pionyang. Corea del Norte se ha convertido en el principal proveedor de armamento y munición para Rusia, además de enviar tropas para apoyar operaciones como la liberación de la región de Kursk. Mientras, Irán —representado por su líder, Masud Pezeshkian— mantiene una relación ambivalente con Moscú, pese a un acuerdo de cooperación estratégica firmado meses atrás. Teherán no ha recibido el respaldo militar que esperaba, pero sigue siendo un socio clave en el suministro de drones y tecnología.
El juego de ajedrez de Putin: Entre Trump y Xi Aunque Trump ha intentado presionar a Putin —incluso logrando que renunciara a imponer sanciones a cambio de un alto el fuego en Ucrania—, el líder ruso prioriza su relación pragmática con Xi Jinping. China, pese a una caída del 8% en el comercio bilateral en el primer semestre de 2024, sigue siendo un pilar económico para Moscú, mientras que India, aunque redujo sus importaciones de petróleo ruso, ha reanudado los cargamentos antes de la visita de su canciller a Moscú. La pregunta es: ¿Podrá Trump frenar esta red de alianzas? Por ahora, Putin parece tener las cartas ganadoras en Asia.
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