La toma de El Fasher por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) ha dejado un saldo trágico: más de 460 fallecidos en un hospital de la ciudad, según denunció la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo calificó el suceso como una «catástrofe humanitaria», tras confirmarse ataques contra pacientes, personal médico y voluntarios de la Cruz Roja.
El Fasher: De refugio a escenario de horror
Ubicada en la región de Darfur, El Fasher era la última gran ciudad bajo control del ejército regular sudanés. Su caída en manos de las FAR, lideradas por el general Mohamed Daglo, representa un punto de no retorno en la guerra civil que azota al país desde 2023. Daglo justificó sus acciones alegando que «la guerra les fue impuesta», aunque la comunidad internacional ha condenado la violencia indiscriminada.
Cifras que conmueven: Más de 2,000 civiles muertos
Según Mona Nur Al Daem, responsable de ayuda humanitaria en Sudán, más de 2,000 personas perdieron la vida durante la invasión. Las imágenes satelitales analizadas por la Universidad de Yale revelan ejecuciones masivas en hospitales y zonas periféricas, lo que sugiere un patrón sistemático de violencia.
Desplazados y bloqueo: Una crisis sin salida
El conflicto ha obligado a 33,000 personas a huir hacia Tawila, una ciudad que ya acoge a 650,000 desplazados. Mientras, los accesos a El Fasher siguen cerrados, lo que impide la llegada de ayuda y dificulta la verificación de los hechos por parte de observadores independientes.
La comunidad internacional exige justicia
La Unión Europea y otros actores globales han exigido el cese de la violencia y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la falta de corredores humanitarios y el bloqueo informativo complican cualquier intervención efectiva.
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