Un documento explosivo será presentado este lunes en Ginebra por la ONU, y su contenido no deja lugar a dudas: en Venezuela, la tortura y la represión no son excesos de algunos funcionarios, sino un sistema diseñado para aterrorizar a la población. El informe, fruto de una investigación exhaustiva, recopila testimonios escalofriantes de víctimas que sufrieron asfixia, electrocuciones, golpizas y aislamiento prolongado en centros clandestinos administrados por el SEBIN y la DGCIM, dos de los organismos más temidos del régimen.
Lo que distingue a este informe de denuncias anteriores es su enfoque en la cadena de mando. No se trata de abusos cometidos por agentes descontrolados, sino de órdenes que descienden desde los más altos niveles del gobierno, incluyendo a ministros y generales leales a Nicolás Maduro. El documento detalla cómo detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales se han convertido en instrumentos de control político, utilizados para eliminar opositores, amedrentar a la sociedad civil y consolidar el poder.
Entre los casos documentados, destacan prácticas sádicas como la privación de sueño por días, el uso de música a volumen ensordecedor para desorientar a los detenidos y amenazas contra familiares para quebrantar su resistencia. Pese a la abrumadora evidencia, el gobierno venezolano ha guardado silencio, sin ofrecer explicaciones ni asumir responsabilidad. Mientras, organizaciones de derechos humanos —como Amnistía Internacional y Human Rights Watch— exigen que la comunidad internacional active mecanismos de justicia, como sanciones individuales contra los responsables y la remisión del caso a la Corte Penal Internacional.
El informe de la ONU no solo expone crímenes, sino que desmonta el discurso oficial de que Venezuela es una democracia bajo ataque. En cambio, muestra un Estado que ha institucionalizado la violencia como método de gobierno. La pregunta ahora es: ¿Habrá consecuencias reales para los culpables, o este documento se sumará a la larga lista de denuncias ignoradas?
Datos clave:
- Métodos de tortura: Asfixia, electricidad, golpizas, privación sensorial.
- Instituciones señaladas: SEBIN, DGCIM, Ministerios de Interior y Defensa.
- Respuesta del gobierno: Silencio absoluto, sin investigaciones ni reparaciones.

















