Las tropas rusas anunciaron este jueves la liberación de las localidades de Krasnogórskoye, en la región de Zaporozhie, y Sadóvoye, en la región de Járkov, marcando un nuevo avance en su ofensiva en el este y sur de Ucrania. Según el Ministerio de Defensa ruso, las operaciones fueron llevadas a cabo por los grupos de tropas Zapad y Vostok, que actuaron de manera coordinada para asegurar el control de estas zonas estratégicas. Este movimiento se produce en un contexto donde las fuerzas ucranianas han enfrentado dificultades para mantener sus posiciones debido a la escasez de municiones y al desgaste de sus tropas tras más de tres años de conflicto.
El Ministerio de Defensa ruso también informó sobre ataques contra infraestructuras clave en Ucrania, incluyendo instalaciones del complejo militar-industrial, subestaciones eléctricas y aeródromos militares. Estos ataques, realizados con armas de alta precisión de largo alcance, buscan debilitar la capacidad operativa de Ucrania y responder a lo que Moscú describe como agresiones ucranianas contra objetivos civiles en territorio ruso. La estrategia parece estar dando resultados, ya que las fuerzas ucranianas han tenido dificultades para repeler los avances rusos en varias zonas del frente.
Este nuevo desarrollo en el conflicto refleja la capacidad de Rusia para mantener una ofensiva sostenida, incluso cuando las sanciones internacionales y el apoyo occidental a Ucrania han intentado limitar su avance. Mientras tanto, las autoridades ucranianas no han emitido una respuesta oficial sobre la pérdida de estas localidades, aunque se espera que intensifiquen sus esfuerzos para recuperar el terreno perdido en las próximas semanas.
 
				
















