El 5 de octubre de 2025 pasará a la historia como la noche en que Bad Bunny no solo anfitrionó el SNL, sino que redefinió lo que significa ser una estrella global en el siglo XXI. El artista puertorriqueño, que en menos de una década pasó de ser un underground rapper a convertirse en el músico más influyente del mundo, llegó al Studio 8H no como un invitado más, sino como el símbolo de un cambio cultural irreversible: la latinización del entretenimiento estadounidense.
Pero este no era un logro aislado. Solo cuatro días antes, se había anunciado que Bad Bunny sería el cabeza de cartel del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LIX, convirtiéndose en el primer artista latino en liderar el show más visto del año en EE.UU. desde Shakira y Jennifer Lopez en 2020. Y como si fuera poco, esa misma semana cerraba su residencia histórica en Puerto Rico, donde agotó 10 fechas consecutivas en el Coliseo, algo que ni siquiera habían logrado leyendas como Marc Anthony o Ricky Martin. «Es una semana de locura, pero es el resultado de años de trabajo», confesó en una entrevista con Billboard. «Ahora el mundo entiende que el reggaetón no es un género, es una fuerza cultural».
El SNL como plataforma de cambio cultural
Cuando Lorne Michaels anunció que Bad Bunny sería el anfitrión del primer episodio de la temporada 51, muchos se preguntaron: ¿Por qué un artista que canta en español? La respuesta estaba en los números: su álbum «Un Verano Sin Ti» (2022) había sido el más escuchado del año en Spotify a nivel global, su gira «World’s Hottest Tour» había recaudado más de $400 millones, y su influencia se extendía desde las calles de Medellín hasta los red carpets de París y Los Ángeles. «Bad Bunny no es un invitado, es un cambio de paradigma», declaró Michaels. «Está demostrando que el entretenimiento estadounidense ya no tiene un solo idioma».
El episodio del 5 de octubre no solo fue un éxito en ratings (con un pico de 9.2 millones de espectadores, el más alto desde 2020), sino que se convirtió en un fenómeno cultural. Su monólogo, donde bromeó sobre su semana ajetreada («Entre el Super Bowl, Puerto Rico y el SNL, ¡y aún tengo tiempo para romper corazones!«), su referencia a su ruptura con Kendall Jenner, y su declaración de amor a Puerto Rico (donde cantó a capella un verso de «Tití Me Preguntó»), generó más de 5 millones de tuits en menos de 24 horas.
Un elenco renovado y un futuro incierto
Mientras Bad Bunny brillaba en el escenario, detrás de cámaras el SNL vivía una transición generacional. La temporada 51 llegaba con cinco nuevos miembros (entre ellos Tommy Brennan y Veronika Slowikowska), pero también con la salida de figuras icónicas como Ego Nwodim y Devon Walker, cuya despedida había conmocionado a los fans. «Es el fin de una era», confesó un escritor del programa. «Pero también es una oportunidad para reinventarnos».
Las semanas siguientes prometían más sorpresas: Amy Poehler regresaría como anfitriona el 11 de octubre (en el 50 aniversario exacto del primer episodio del SNL), y Sabrina Carpenter haría doble función como anfitriona e invitada musical el 18 de octubre. «Es un honor enorme», declaró Carpenter. «Y qué mejor manera de celebrarlo que con música y comedia en vivo».
El legado de Bad Bunny en el SNL
Más allá de los ratings y los memes, la aparición de Bad Bunny en el SNL marcó un antes y después en la representación latina en la televisión estadounidense. «Esto no es solo un show, es un mensaje», dijo el artista en una rueda de prensa. «Es para todos los latinos que soñaron con esto antes que yo. Para Daddy Yankee, para Don Omar, para todos los que abrieron el camino».
Su actuación musical —donde interpretó «Monaco» y un mashup de «Me Porto Bonito» con Doja Cat— se convirtió en la presentación más vista en la historia del SNL en sus primeras 24 horas, con más de 25 millones de reproducciones en YouTube. «Bad Bunny no solo fue un anfitrión, fue un fenómeno cultural en tiempo real», escribió The Hollywood Reporter. «Demostró que el SNL ya no es solo para el mainstream anglosajón, sino una plataforma global».
¿Qué sigue para el artista más influyente del mundo?
Con su aparición en el SNL, Bad Bunny no solo consolidó su estatus como ícono global, sino que abrió las puertas para más artistas latinos en espacios que antes parecían inalcanzables. «La cultura latina ya no pide permiso, llega para quedarse», declaró en sus redes sociales después del show.
Mientras tanto, el SNL mira hacia el futuro con un elenco renovado y una nueva misión: seguir siendo relevante en un mundo donde el entretenimiento ya no tiene fronteras. Como dijo Lorne Michaels al final de la noche: «Si algo nos enseñó Bad Bunny, es que el futuro del humor —y de la música— no tiene un solo idioma».
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