El combate entre Ángel «Tashiro» Fierro y Abraham «Bombi» Cordero en Tijuana terminó en uno de los escándalos más sonados del año en el boxeo mexicano. Durante el tercer asalto, Fierro, frustrado por un golpe directo de Cordero, perdió los estribos y propinó una patada ilegal a su rival, lo que llevó al árbitro a descalificarlo de inmediato. El incidente dejó a Cordero en el suelo y al público asistente en un estado de incredulidad, mientras las redes sociales se llenaban de críticas hacia el boxeador tijuanense.
La pelea, que se desarrollaba en el Auditorio Municipal de Tijuana, comenzó con intercambios técnicos entre ambos pugilistas. Sin embargo, la tensión escaló cuando Cordero conectó un golpe limpio al rostro de Fierro, lo que desencadenó su reacción violenta. En lugar de responder con los puños, Fierro optó por patear a Cordero en la pierna izquierda, una acción que no solo violó las reglas del boxeo, sino que también generó un caos en el ring. Los jueces no tardaron en declarar a Cordero como ganador por descalificación, mientras la seguridad intervenía para separar a los boxeadores y restablecer el orden.
La Comisión de Box de Tijuana ya anunció que revisará el caso para aplicar una sanción severa a Fierro, quien podría enfrentar una suspensión prolongada. El boxeador, con un récord previo de 23 victorias y solo 3 derrotas, se disculpó públicamente por su comportamiento, admitiendo que su acción fue inaceptable y fuera del espíritu deportivo. Cordero, por su parte, celebró una victoria inesperada, aunque el triunfo quedó opacado por la polémica generada.
El incidente no solo afectó la imagen de Fierro, sino que también puso en tela de juicio el profesionalismo en el boxeo mexicano, generando un debate sobre la necesidad de medidas más estrictas para evitar conductas antideportivas en el ring.