Nueva York. – El cónsul general de la República Dominicana en esta ciudad afirmó que el doctor José Francisco Peña Gómez, a pesar de no haber alcanzado la Presidencia de la República, constituye “el líder dominicano de mayor trascendencia mundial”, y que su legado “es un sentimiento nacional y una de las mayores causas sociales de nuestro pueblo”.
Las declaraciones fueron ofrecidas durante el discurso central del evento en honor al doctor Peña Gómez, celebrado en el Borough of Manhattan Community College (BMCC) como parte de las actividades del Mes de la Herencia Hispana, en el que también se rindió tributo a las Hermanas Mirabal, símbolos de la lucha por la libertad y la dignidad humana.
El representante consular destacó que la figura de Peña Gómez trasciende las fronteras políticas y nacionales, al encarnar los valores de justicia social, igualdad y democracia que guiaron su vida.
“Hablar de Peña Gómez es hablar de un hombre excepcional, que desde sus orígenes humildes se elevó con esfuerzo, educación y compromiso hasta convertirse en una de las voces más firmes en defensa de los derechos humanos y los valores democráticos en América Latina”, expresó.


El cónsul recordó que Peña Gómez fue protagonista de los principales procesos democráticos de la República Dominicana, desde la defensa del gobierno constitucional de 1963, su llamado a la Revolución de Abril de 1965, hasta su papel determinante en la restauración de la democracia en 1978.
Subrayó, además, su proyección internacional, que lo llevó a ocupar la Vicepresidencia Mundial de la Internacional Socialista y la Presidencia para América Latina y el Caribe, manteniendo estrechos vínculos con líderes como Willy Brandt, François Mitterrand, Mario Soares, Olof Palme, Felipe González, Raúl Alfonsín, Carlos Andrés Pérez y Rodrigo Borja.
“Ningún otro compatriota ha alcanzado el nivel de reconocimiento internacional que tuvo Peña Gómez. Fue admirado incluso por figuras como el primer ministro de Israel, Shimon Peres, quien llegó a decir que era el orador más grande que había escuchado en su vida”, agregó.
El funcionario resaltó la grandeza moral del líder socialdemócrata, recordando su actitud pacífica tras las elecciones de 1994, cuando en lugar de llamar a la confrontación, acudió a orar, demostrando su compromiso con la paz y la estabilidad del país.
“Su vida fue una lección de servicio, humildad y fe. Peña Gómez nos enseñó que el poder solo tiene sentido cuando se pone al servicio del pueblo”, afirmó el diplomático.
Finalmente, desde la comunidad dominicana en Nueva York, el cónsul reafirmó la vigencia del pensamiento peñagomista y su mensaje de humanidad:
“Querido Peña, hoy elevamos tu nombre como se eleva la bandera al viento: con orgullo, con amor y con fe en un futuro más justo. Porque mientras exista un dominicano que crea en la democracia, José Francisco Peña Gómez no habrá muerto jamás.
Al acto asistieron
Anthony Munroe, Director del Borough of Manhattan community college, el congresista Adriano Espaillat, Altagracia Sol de Ávila, líderes religiosos y comunitarios, entre otras personalidades.

















