El domingo pasado fue un día que Shedeur Sanders probablemente preferiría olvidar. Mientras el mariscal de campo de los Cleveland Browns hacía su debut en la NFL frente a los Baltimore Ravens, su residencia en Ohio era asaltada por un grupo de ladrones que se llevó 200,000 dólares en efectivo. El incidente, capturado por las cámaras de seguridad de la propiedad, muestra a dos individuos con máscaras y guantes actuando con rapidez dentro de la vivienda.
El robo ocurrió entre las 18:45 y las 18:58, justo cuando Sanders estaba en el campo de juego. Aunque las imágenes del sistema de seguridad han sido clave para documentar el incidente, los ladrones lograron escapar sin ser identificados. Este tipo de delitos se ha vuelto cada vez más común entre deportistas de alto perfil, quienes son blancos fáciles debido a sus horarios públicos y la ausencia de sus hogares durante los partidos.
En el partido, Sanders reemplazó al lesionado Dillon Gabriel y completó 4 pases para 47 yardas en la derrota de los Browns por 23-16. Aunque el enfoque principal del joven quarterback debía estar en su desempeño en el campo, el conocimiento de que su casa estaba siendo asaltada sin duda añadió una presión adicional a su debut profesional.
Este incidente se suma a una lista creciente de deportistas que han sido víctimas de robos en sus residencias mientras estaban ausentes por compromisos deportivos. Entre los casos más recientes se encuentran el del mariscal de campo de los Cincinnati Bengals, Joe Burrow, cuya mansión fue asaltada en diciembre de 2024; el del jugador de la NBA Ty Jerome, cuya residencia en Los Ángeles fue robada en enero de 2025; y el del estrella de los Kansas City Chiefs, Travis Kelce, quien sufrió un robo en su propiedad en abril de 2025.
Estos incidentes han llevado a muchos atletas a tomar medidas adicionales para proteger sus residencias, como la instalación de sistemas de alarma más avanzados y la contratación de guardias privados. Sin embargo, el problema persiste y parece estar en aumento, lo que requiere una respuesta más contundente tanto de las autoridades como de los propios deportistas para garantizar su seguridad y la de sus familias.
Mientras las autoridades investigan el caso, Sanders y otros deportistas afectados por situaciones similares enfrentan el desafío de equilibrar sus carreras profesionales con la necesidad de proteger sus hogares y seres queridos. Este incidente sirve como un recordatorio de los riesgos que enfrentan las figuras públicas y la importancia de implementar medidas de seguridad más robustas.

















