La carrera por la Alcaldía de Nueva York ha dado un giro inesperado esta semana tras la difusión de informaciones que sugerían que asesores de Donald Trump habrían mantenido conversaciones con el alcalde Eric Adams para ofrecerle un cargo federal a cambio de que abandonara su candidatura a la reelección. Según los informes, el objetivo sería facilitar el camino del exgobernador Andrew Cuomo, quien actualmente ocupa el segundo lugar en las encuestas, detrás del favorito Zohran Mamdani, un joven progresista que ha generado entusiasmo entre los votantes más izquierdistas de la ciudad.
Ante estas especulaciones, el equipo de Adams no tardó en reaccionar. El portavoz de su campaña desmintió rotundamente los rumores, asegurando que el alcalde «no se va a retirar de la contienda» y que sigue «plenamente comprometido» con su campaña y con los neoyorquinos. «Su historial es claro: la delincuencia ha disminuido, el empleo ha aumentado, y ha defendido constantemente a las familias trabajadoras», recalcó el vocero, en un intento por cerrar el debate sobre su posible retirada.
El contexto de estos rumores es clave para entender su impacto. Adams, quien inicialmente compitió en las primarias demócratas pero luego decidió presentarse como independiente, ha visto cómo su apoyo electoral se ha reducido a un 9%–12% en las encuestas, muy por detrás de Mamdani (35%–42%) y Cuomo (alrededor del 25%). En este escenario, su retirada podría beneficiar directamente a Cuomo, quien, como independiente, compite por el mismo electorado moderado y descontento con las propuestas más radicales de Mamdani.
El candidato progresista no tardó en responder a las acusaciones. Mamdani calificó los rumores como «una afrenta a la democracia» y advirtió que «la ciudad de Nueva York no está en venta». En una conferencia de prensa, el asambleísta de 33 años subrayó que «son los neoyorquinos quienes decidirán el futuro de la ciudad en noviembre», rechazando cualquier intento de intervención externa en el proceso electoral. Su discurso, centrado en la soberanía electoral y la lucha contra la influencia externa, ha resonado especialmente entre sus seguidores, que ven en su candidatura una oportunidad para romper con el establishment político tradicional.
Por su parte, el candidato republicano Curtis Sliwa también se pronunció sobre los rumores, aunque para descartar cualquier oferta similar en su caso. «Solo me interesa un trabajo: ser elegido alcalde de Nueva York. No me voy a retirar», declaró Sliwa, quien criticó que tanto Adams como Cuomo están «demasiado cerca de los círculos de poder» y se presentó como la única opción «auténtica» para los votantes que buscan un cambio real. Sliwa, conocido por su activismo en seguridad pública y su estilo directo, ha logrado mantener un apoyo estable, aunque menor, en las encuestas.
Con las elecciones del 4 de noviembre acercándose, la contienda por la Alcaldía de Nueva York sigue abierta y llena de incertidumbre. Mamdani lidera las encuestas, pero Cuomo y Adams no han dado señales de abandonar la carrera, lo que promete una recta final intensa y llena de giros inesperados. Lo único claro es que, en una ciudad tan diversa y polarizada como Nueva York, cada movimiento —y cada desmentido— puede ser decisivo para definir el futuro de la Gran Manzana.
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