Por José Zabala, creador de contenido
En Nueva York, llegar a los 50 años marca el inicio de una nueva realidad para muchos residentes, especialmente entre la comunidad latina. A partir de esta edad, es común que las personas empiecen a acumular entre 6 y 10 frascos de medicamentos en sus hogares, una cifra que aumenta con el paso de los años. A los 60, los frascos se multiplican y, al llegar a los 70 y 80, la necesidad de cuidados adicionales, como la asistencia de un home attendar, se convierte en algo habitual.
Después de los 50 años, las medicinas y los cuidados adicionales se convierten en parte de la vida de muchos neoyorquinos, especialmente en la comunidad latina. Es fundamental abordar esta realidad desde una perspectiva económica, cultural, de salud y psicológica, para garantizar que quienes atraviesan esta etapa de la vida puedan hacerlo con dignidad y el apoyo necesario.
El impacto económico y de salud: con y sin seguros médicos
El costo de mantener múltiples medicamentos puede ser abrumador. Para quienes no cuentan con seguros médicos, los gastos mensuales aumentan significativamente, afectando no solo el bolsillo, sino también la calidad de vida de los pacientes. Incluso con seguros médicos, la carga financiera puede ser considerable debido a los copagos y otros gastos asociados. Muchos latinos en Nueva York se enfrentan a decisiones difíciles: elegir entre pagar sus medicinas o cubrir otras necesidades básicas. Esto crea un impacto económico profundo en las familias, especialmente en aquellas con ingresos limitados.
Desde el punto de vista de la salud, el consumo constante de medicamentos puede generar fatiga en los pacientes. Las interacciones entre diferentes fármacos pueden provocar efectos secundarios, lo que complica aún más la situación de quienes ya enfrentan enfermedades crónicas.
Un desafío psicológico y cultural
Ver una creciente colección de frascos en el hogar puede ser psicológicamente agotador. Para muchos, simboliza el paso del tiempo y el deterioro de la salud. Además, en la cultura latina, existe un fuerte deseo de mantenerse independiente, lo que hace que aceptar la ayuda de un home attendar sea visto por algunos como una pérdida de autonomía.
Testimonios de residentes y pacientes
María López, residente de Washington Heights, comenta: «A los 65 años, tengo 12 frascos de medicamentos. Es agotador seguir el horario de cada uno, pero sé que son necesarios. La ayuda de mi home attendar ha sido esencial para manejarlo todo.»
Por su parte, Juan Pérez, de El Bronx, agrega: «Es frustrante depender de tantas pastillas. A veces me siento cansado de todo, pero los médicos dicen que cada uno es necesario para mantener mi salud estable.»
El papel de los médicos en esta realidad
Los profesionales de la salud están conscientes de esta situación. Cada receta y cada derivación médica tienen un propósito claro, pero muchos médicos también buscan alternativas para reducir la carga de medicamentos, ofreciendo tratamientos integrales que incluyen cambios en la dieta, ejercicio y terapias complementarias.