Un estudio revolucionario publicado en Nature Aging demuestra que hablar más de un idioma actúa como un «superpoder» para el cerebro, protegiendo contra el envejecimiento acelerado y mejorando la salud mental y física. La investigación, basada en datos de 86,149 personas en 27 países, revela que el multilingüismo reduce el riesgo de deterioro cognitivo en un 2.17 veces en comparación con quienes solo hablan un idioma.
Lucía Amoruso, investigadora del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL), explica que el efecto es acumulativo: a mayor número de idiomas dominados, mayor protección contra el envejecimiento. Los beneficios son comparables a los del ejercicio físico y una dieta equilibrada, e incluso podrían ser superiores en algunos casos.
El estudio utilizó inteligencia artificial para analizar la edad biológica de los participantes, considerando factores como hipertensión, diabetes, sueño y actividad física. Los resultados mostraron que el multilingüismo mejora la neuroplasticidad, fortalece el control ejecutivo y reduce el estrés crónico, gracias a tres mecanismos clave:
- Biológico: Mayor neuroplasticidad y eficiencia en redes cerebrales.
- Cognitivo: Entrenamiento constante de la memoria y la atención.
- Social: Mayor integración y menor carga de estrés.
Los autores del estudio, entre ellos Agustín Ibáñez del GBHI, proponen que el aprendizaje de idiomas se integre en políticas de salud pública para fomentar un envejecimiento saludable y reducir la carga social del deterioro cognitivo.
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