La grasa abdominal no es solo un problema estético, sino una amenaza seria para la salud. Según Harvard Health Publishing y Mayo Clinic, esta grasa —especialmente la visceral, que rodea órganos vitales como el hígado y el corazón— libera sustancias inflamatorias que alteran el equilibrio hormonal y aumentan el riesgo de:
- Enfermedades cardiovasculares (un aumento de 5 cm en la cintura eleva el riesgo en un 10%).
- Diabetes tipo 2.
- Ciertos tipos de cáncer.
- Demencia (los hombres con más grasa abdominal tienen 3 veces más riesgo).
- Apnea del sueño y hígado graso.
¿Cómo medir el riesgo?
- Hombres: Una circunferencia de cintura >102 cm indica riesgo elevado.
- Mujeres: Una circunferencia >88 cm es peligrosa (medir a la altura del ombligo, sin comprimir).
Soluciones respaldadas por la ciencia
- Alimentación equilibrada:
- Más: Vegetales, proteínas magras (pollo, pescado), grasas saludables (aguacate, frutos secos).
- Menos: Azúcares simples, carnes procesadas y grasas saturadas.
- Control de porciones y evitar bebidas azucaradas.
- Ejercicio combinado:
- Entrenamiento de fuerza + aeróbico (ej. HIIT) quema más grasa que solo cardio.
- Músculo magro acelera el metabolismo en reposo.
- Hábitos clave:
- Dormir 7-8 horas (regula hormonas como el cortisol).
- Hidratación (optimiza el metabolismo).
- Control del estrés (el cortisol promueve la acumulación de grasa abdominal).
Conclusión: No hay soluciones mágicas, pero con cambios sostenidos en dieta, ejercicio y estilo de vida, es posible reducir la grasa abdominal y proteger la salud.
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