El peso de las cargas invisibles
No solo el cuerpo se cansa. El alma también se agota bajo el peso de las preocupaciones, las culpas del pasado y las expectativas del futuro. Jesús no ignora este cansancio; por el contrario, nos ofrece una solución: «Venid a mí… y yo os haré descansar».
El error de la autosoficiencia
Pensamos que debemos ser fuertes todo el tiempo, que pedir ayuda es señal de debilidad. Pero Jesús nos enseña que la verdadera fortaleza está en depender de Él. Cuando intentamos llevar todo solos, terminamos agotados y vacíos. Su invitación es clara: Deja de luchar y confía en Él.
Cómo aplicar este versículo hoy:
- Haz una lista: Escribe las cosas que te quitan la paz.
- Entrégalas a Dios: En oración, deposita cada una en sus manos.
- Vive en gratitud: Agradece por su promesa de cuidarte (Salmo 55:22).
Reflexión: «¿Qué carga estás llevando que Jesús ya llevó en la cruz? Hoy es el día para soltarla.»
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