El Salmo 23:1, «El Señor es mi pastor, nada me faltará», es una de las declaraciones más poderosas de confianza en Dios que encontramos en las Escrituras. David, quien fue pastor antes de ser rey, utiliza una imagen familiar para expresar la manera en que Dios cuida de nosotros: como un pastor que guía, protege, alimenta y vela por su rebaño.
Al decir “nada me faltará”, no está hablando solo de cosas materiales, sino de una profunda paz y seguridad que vienen al saber que estamos en las manos del Señor. Cuando confiamos plenamente en que Dios es nuestro Pastor, aprendemos a vivir sin ansiedad por el mañana. Aunque enfrentemos tiempos difíciles, Él nos sostiene.
Este versículo también nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios. ¿Estamos siguiendo su guía como ovejas que confían en su pastor? ¿Le damos lugar en nuestras decisiones, pensamientos y acciones? Porque cuando lo hacemos, encontramos reposo para el alma y dirección clara para la vida.
Hoy, te animo a recordar que no estás solo. El Pastor de pastores vela por ti. Aunque el mundo cambie, aunque enfrentes incertidumbre o dolor, en Él tienes todo lo que realmente necesitas.
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