El Salmo 37:5 nos ofrece una fórmula divina para la paz: «Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará». Pero, ¿qué significa realmente encomendar nuestro camino a Dios? No es solo «rezar por algo» y seguir preocupados, sino soltar el timón de nuestra vida y permitir que Él tome el control total.
1. El arte de soltar
Encomendar no es un acto pasivo, sino un ejercicio de fe activa. Imagina que llevas una maleta pesada llena de preocupaciones, planes y miedos. Encomendar es dejar esa maleta a los pies de Dios y caminar ligero, sabiendo que Él la llevará por ti. El problema no es que Dios no quiera ayudarnos, sino que nos cuesta soltar.
2. La confianza como puente
La confianza en Dios no elimina las incertidumbres, pero las transforma. Cuando confiamos, dejamos de preguntar «¿Qué pasará?» y comenzamos a declarar: «Dios ya está obrando». La confianza no es ciega; está basada en el carácter de Dios:
- Él es fiel (Lamentaciones 3:22-23).
- Él es bueno (Salmo 34:8).
- Él tiene un plan (Jeremías 29:11).
3. «Él hará»: La promesa que no falla
Dios no promete resolver las cosas a nuestra manera o en nuestro tiempo, pero sí garantiza que actuará. A veces su respuesta es:
- Un «sí» inmediato (como la liberación de Pedro en Hechos 12).
- Un «espera» que fortalece (como en el caso de Abraham, Génesis 15:1-6).
- Un «no» que protege (como cuando Dios cerró el mar Rojo para los egipcios, Éxodo 14).
4. ¿Cómo vivir esto hoy?
- Escribe una carta a Dios con lo que te aflige y quémala o guárdala en tu Biblia como símbolo de entrega.
- Reemplaza la ansiedad con adoración: Cada vez que sientas miedo, canta o declara promesas bíblicas (ej.: «Jehová es mi pastor, nada me faltará», Salmo 23:1).
- Agradece en el proceso: La gratitud abre los ojos para ver lo que Dios ya está haciendo en medio de la espera.
Reflexión final:
¿Estás cargando algo que ya le entregaste a Dios? La paz no llega cuando las circunstancias cambian, sino cuando decidimos confiar aunque no veamos el final. Hoy, elige soltar lo que no te pertenece y descansar en la promesa: «Él hará».
Oración: «Padre, hoy te entrego [menciona tu situación]. Confío en que Tú obrarás a Tu manera y en Tu tiempo perfecto. Ayúdame a soltar el control y a descansar en Tu amor. Que mi vida refleje la paz que solo Tú puedes dar. En el nombre de Jesús, amén.»
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