La retina es una membrana fina y compleja que recubre la parte posterior del ojo y es responsable de capturar las imágenes que luego el cerebro interpreta como visión. Sin embargo, cuando esta estructura se ve afectada por enfermedades, el resultado puede ser devastador: desde pérdida parcial de la visión hasta la ceguera total. Mayelinne García, especialista en Retina y Vítreo del Instituto Espaillat Cabral, advierte que estas patologías no siempre dan señales de alerta tempranas, lo que las hace especialmente peligrosas.
Enfermedades que amenazan tu visión
- Retinopatía diabética: Es una complicación grave de la diabetes que afecta los vasos sanguíneos de la retina. Los síntomas incluyen visión borrosa, manchas oscuras o dificultad para ver en la oscuridad. Si no se controla, puede derivar en desprendimiento de retina o glaucoma neovascular, dos condiciones que pueden causar ceguera irreversible. La OMS estima que 1 de cada 3 diabéticos desarrollará algún grado de retinopatía, por lo que los controles oftalmológicos anuales son obligatorios para estos pacientes.
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): Afecta a la mácula, la zona central de la retina responsable de la visión de detalle. Los primeros síntomas son dificultad para leer, líneas onduladas y una mancha central oscura. Aunque no tiene cura, los tratamientos con inyecciones de anti-VEGF pueden frenar su avance. La DMAE es la principal causa de ceguera en mayores de 60 años en países desarrollados, por lo que su detección temprana es crucial.
- Desprendimiento de retina: Es una emergencia médica que ocurre cuando la retina se despega de su posición normal. Los síntomas incluyen destellos luminosos (fotopsias), aumento repentino de «moscas volantes» y una «cortina oscura» que cubre parte del campo visual. Si no se opera en las primeras 72 horas, el riesgo de pérdida permanente de la visión es muy alto.
- Retinosis pigmentaria: Es una enfermedad genética que causa la degeneración progresiva de los fotorreceptores de la retina. Los primeros síntomas son dificultad para ver en la oscuridad (ceguera nocturna) y pérdida de la visión periférica. Aunque no hay cura, la terapia génica y los implantes retinianos están abriendo nuevas posibilidades para los pacientes.
Prevención: Tu mejor aliada
La doctora García insiste en que la prevención es la clave para evitar estas enfermedades. Algunas medidas esenciales incluyen:
- Controlar la diabetes y la hipertensión, ya que ambas pueden dañar los vasos sanguíneos de la retina.
- Dejar de fumar, pues el tabaco acelera la DMAE y otras patologías oculares.
- Usar gafas de sol con protección UV, ya que la exposición prolongada al sol aumenta el riesgo de DMAE y cataratas.
- Realizar exámenes oftalmológicos anuales, especialmente si hay antecedentes familiares de enfermedades retinianas o si se es mayor de 50 años.
Tecnología y tratamientos avanzados
El Instituto Espaillat Cabral cuenta con tecnología de última generación para el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades. «Contamos con equipos de tomografía de coherencia óptica (OCT) y angiografía con OCT, que permiten detectar alteraciones en la retina antes de que el paciente note síntomas», explica García. Además, ofrecen tratamientos personalizados, como inyecciones intravítreas, láser y cirugía vitrorretiniana, para preservar la visión de los pacientes.
Conclusión: Las enfermedades de la retina no avisan, pero cuando lo hacen, puede ser demasiado tarde. La prevención, a través de hábitos saludables y revisiones periódicas, es la única manera de proteger tu visión. No esperes a perderla; actúa hoy para ver mejor mañana.