El barrio de Flushing en Queens, conocido por su vibrante comunidad china y su relativa tranquilidad, se vio sacudido por un crimen tan brutal como inesperado. Wei Sheng Chen, un hombre de 27 años, está acusado de apuñalar a su suegra hasta la muerte y luego incendiar la casa familiar en un acto de violencia que ha dejado a la comunidad en estado de shock. Lo que comenzó como una disputa familiar terminó en una escena dantesca que los vecinos describen como «sacada de una película de terror». Los hechos ocurrieron el jueves por la tarde en una casa en Smart Street, donde Chen, en un arrebato de ira, atacó a su suegra Qiujin Shi de 50 años y a su cuñado de 17, antes de prender fuego a un colchón en una habitación trasera.
Lo que hace este caso particularmente perturbador es la secuencia de eventos que siguieron al ataque inicial. Según testigos y autoridades, mientras las llamas comenzaban a extenderse por la casa, Chen intentó quitarse la vida cortándose las muñecas. Fue la esposa de Chen, quien se encontraba fuera de la vivienda, quien alertó a los vecinos con sus gritos desesperados pidiendo ayuda. «La forma en que gritaba ese hombre… no eran palabras, solo alguien gritando», declaró una vecina que prefirió mantener el anonimato, describiendo el sonido desgarrador que aún resuena en la memoria de los residentes del área.
La respuesta de la comunidad fue inmediata. Una agente de la Autoridad Portuaria, embarazada y fuera de servicio, pero vecina de la zona, fue una de las primeras en llegar al lugar. Sin pensarlo dos veces, prestó primeros auxilios al joven de 17 años, quien presentaba un corte profundo sobre el ojo y una puñalada en la axila. «Estaba en la puerta gritando», relató la agente, quien prefirió no ser identificada. Su rápida intervención, junto con la llegada oportuna de los servicios de emergencia, fue crucial para salvar la vida del adolescente.
Los paramédicos trasladaron a Shi, a su hijo y a Chen al Hospital Presbiteriano de Nueva York en Queens. Allí, Shi fue declarada muerta, mientras que su hijo de 17 años sobrevivió a sus heridas. Chen, por su parte, permanece bajo custodia policial en el hospital, a la espera de su comparecencia ante la Corte Penal de Queens. Las autoridades han revelado que enfrenta múltiples cargos, incluyendo asesinato, intento de asesinato, incendio provocado, agresión y posesión de armas.
Lo que ha conmocionado especialmente a la comunidad es el motivo aparente del crimen. Según fuentes del NYPD y un familiar de Shi, la violencia se desató debido a la angustia de Chen por la separación inminente de su esposa. «Estaban hablando de divorcio», declaró Guqing Zhang, sobrino de 20 años de Shi, quien vivía en el sótano de la casa. Zhang, quien en el momento del altercado estaba jugando un videojuego, escuchó los gritos y subió corriendo las escaleras para encontrar a su tía en el suelo, inmóvil, y a su primo sangrando en las escaleras. «No sé qué sentir», confesó Zhang, visibly afectado. «Era una buena persona. Era una mujer muy fuerte. Era fuerte y cariñosa».
El impacto de este crimen se extiende más allá de la familia inmediata. En una comunidad donde los lazos familiares son fundamentales y el respeto a los mayores es un valor central, este acto de violencia ha generado una onda de shock que se siente en cada rincón de Flushing. Los vecinos, muchos de ellos inmigrantes que han trabajado duro para construir una vida en Estados Unidos, se preguntan cómo algo así pudo ocurrir en su barrio. «Nunca hubiéramos imaginado que algo así pudiera pasar aquí», comentó otro vecino, quien vio cómo sacaban el cuerpo de Shi de la casa incendiada. «No la pusieron en camilla, ni en bolsa para cadáveres, nada. No la cubrieron. Tenía la cabeza hacia atrás. Estaba flácida».
Mientras la comunidad intenta procesar lo ocurrido, las autoridades continúan con las investigaciones. Chen, quien se encuentra bajo custodia, enfrentará cargos que podrían mantenerlo tras las rejas por el resto de su vida. Pero más allá de las consecuencias legales, este trágico evento ha dejado una marca indeleble en Flushing, recordando a todos que incluso en los lugares que parecen más seguros, la violencia puede surgir de manera inesperada y devastadora.
