Salmos 46:1: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Este versículo es un recordatorio poderoso de que, en momentos de angustia y desafío, podemos encontrar seguridad en Dios. La vida está llena de pruebas que pueden agotar nuestras fuerzas y poner a prueba nuestra fe, pero este salmo nos asegura que Dios está siempre presente, listo para brindarnos su ayuda y consuelo.
La imagen de Dios como refugio sugiere un lugar seguro donde podemos retirarnos cuando las tormentas de la vida nos atacan. Nos invita a buscarlo en lugar de depender únicamente de nuestras propias habilidades o recursos. La fortaleza de Dios no es solo una promesa, sino una realidad que nos permite enfrentar nuestras dificultades con valentía. Cuando nos sentimos débiles, es en Su poder donde encontramos la verdadera fortaleza.
En resumen, este versículo nos anima a confiar en Dios en cualquier circunstancia. Cuando las preocupaciones y miedos nos asalten, podemos refugiarnos en su amor y cuidado. Al hacerlo, experimentamos la paz que sobrepasa todo entendimiento y la confianza de que, sin importar las dificultades, Él es nuestro inquebrantable apoyo.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com.
