sábado 7 de septiembre de 2024 14:09 pm

Que tiempo se tarda exactamente según la ciencia en adquirir el hábito de ir al gimnasio

Existe la creencia popular de que es necesario que transcurran al menos 21 días para lograr adherirnos a una nueva rutina o hábito, pero la ciencia desmonta ese dato.

Hay que armarse de paciencia. O, mejor dicho, tener un objetivo claro en mente y ser constante. Puede que al principio, ponerse la ropa deportiva y echarse al hombro la bolsa con todo lo necesario para ir al gimnasio suponga un considerable esfuerzo. Con el tiempo puede que adquieras el hábito y no te cueste ir a tu clase de entrenamiento funciona, a correr en la cinta o a levantar pesos.

Sin embargo, a diferencia de lo hemos escuchado de manera recurrente, puede que nos lleve más tiempo del que podíamos imaginar. “No hay un número mágico para la formación de hábitos”, asegura Anastasia Buyalskaya, una de las investigadoras involucradas en un estudio del Instituto Tecnológico de California (Caltech) que se ha valido de herramientas de aprendizaje automático (machine learning) para estudiar cuánto tiempo se necesita para adquirir ciertas costumbres.

“Es posible que hayas oído que se tarda unos 21 días en formar un hábito, pero esa estimación no se basaba en ningún dato científico”, afirma por su parte Colin Camerer, otro de los expertos que firman el trabajo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. “Nuestro trabajo apoya la idea de que la velocidad de formación de un hábito difiere según el comportamiento en cuestión y otra serie de factores”, añade.

Para llegar a una conclusión en relación al tiempo que se tarda en adquirir el hábito de ir al gimnasio -dato que compartiremos un poco más adelante- los investigadores emplearon el mencionado aprendizaje automático para analizar grandes conjuntos de datos de decenas de miles de personas que pasaban su tarjeta para entrar en el gimnasio.

Así, los expertos se asociaron con 24 Hour Fitness, la segunda cadena de fitness más grande de los Estados Unidos y rastrearon a más de 30.000 usuarios durante cuatro años. “Con el aprendizaje automático, podemos observar cientos de variables de contexto que pueden predecir la ejecución de conductas”, explica Buyalskaya. “No hay que empezar necesariamente con una hipótesis sobre una variable específica, ya que el aprendizaje automático hace el trabajo por nosotros para encontrar las relevantes”.

Mucho más que 21 días

En este sentido, el estudio descubrió que algunas variables, como la hora del día, no influían en la formación del hábito de ir al gimnasio. Otros factores, como el comportamiento anterior, sí desempeñaban un papel importante. Por ejemplo, para el 76% de los que iban al gimnasio, el tiempo transcurrido desde la última visita era un factor relevante a la hora de decidir si volvería a ir.

En otras palabras, cuanto más tiempo había pasado desde la última vez que una persona había ido al gimnasio, menos probable era que lo convirtiera en un hábito. De igual forma, el 69% de los asistentes al gimnasio eran más propensos a ir los mismos días de la semana, siendo los lunes y los martes los más frecuentados.

En cualquier caso, los investigadores, basándose en los datos recabados, llegaron a la conclusión de que el tiempo que se necesita en adquirir el hábito de ir al gimnasio no son los famosos 21 días. Ni un mes ni dos. Un poco más: una media de unos seis meses.

Así pues si has empezado hace poco a ir al gimnasio o si te estás armando de valor para apuntarte, debes saber que igual te cuesta un poco más de lo previsto. Con ello, no queremos decir que sea algo escrito en piedra. Como aseguran los investigadores depende de muchas variables y del comportamiento en cuestión.

La clave de la adherencia

Puede que tu motivación esté por las nubes, que tengas un objetivo bien perfilado y que generes el hábito en pocos días. Si te sirve de consuelo, en mi caso, fue prácticamente un flechazo. No tardé demasiado en acostumbrarme a cumplir con mi rutina de entrenamiento y enseguida me sentí recompensado a nivel físico y mental.

Y es que los beneficios del ejercicio son tan evidentes y tan instantáneos que es complicado no habituarse a la sensación de bienestar pleno con la que terminas después de haberte esforzado. Mi consejo es que empieces poco a poco, que busques la progresión y que sobre todo elijas una actividad -ir al gimnasio o cualquier otra- que se adapte a tus circunstancias y a tus gustos.

Para crear adherencia al ejercicio físico, que a la postre es lo más determinante para conseguir resultados, independientemente de si el objetivo es desarrollar la musculatura, perder peso o mejorar la forma física en general, es fundamental que nos sintamos cómodos y plenamente satisfechos con nuestra elección.

De nada sirve salir a correr o coger las mancuernas si nos aburre porque nunca llegaremos a los, en teoría, necesarios seis meses. Ni a seis días. No me hace falta el famoso machine learning para afirmarlo sin ninguna duda.

POR ÁLVARO PIQUERAS

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