Este viernes 5 de agosto se conoció que el grupo inmobiliario Ink Property Group, de la ciudad de Nueva York, adquirió docenas de edificios entre los años 2014 y 2019 bajo hostigamientos y acoso a los inquilinos de renta estabilizada.
Según la fiscal general del caso, Letitia James, quienes se vieron afectados por la inmobiliaria llevaban más de 30 años residiendo en el lugar, y la mayoría eran afroamericanos de bajos recursos.
Asimismo, afirmó que luego de conseguir los edificios a un valor bajo, la idea era obtener una ganancia significativa con el precio del mercado. Sin embargo, un hecho que llamó la atención en la investigación fue que los empleados recibían jugosas bonificaciones si lograban el objetivo de desalojar a los inquilinos.
“Mientras los neoyorquinos enfrentaban alquileres altísimos y luchaban por encontrar viviendas asequibles, Ink trató de enriquecerse rápidamente aprovechándose de los inquilinos vulnerables y sus familias”, manifestó James.
No obstante, varias personas se quejaron contra las tácticas de la inmobiliaria Ink, pero no obtuvieron ningún resultado, ya que la excusa, según la fiscal, era que las viviendas “no eran habitables”.
De igual manera, desde la oficina de James se manifestó que “Ink ignoró el sistema de mejora de apartamentos individuales (IAI) establecido en las leyes de estabilización de alquileres y, en cambio, trató cada nueva vacante como una unidad no regulada, independientemente de si las renovaciones realizadas cumplieron con los criterios para lograr la desregulación”.
Por otra parte, el grupo inmobiliario también fue acusado de entregar informes de ingresos falsos a los bancos, con el objetivo de obtener préstamos más favorables, según afirmó la fiscal general.
“Mentir y tomar atajos para evadir la estabilización de alquileres es uno de los trucos más antiguos del oficio, pero los años de Ink de explotar a nuestros vecinos trabajadores sin consecuencias terminan aquí. Estos inquilinos se organizaron y lucharon, y gracias a sus esfuerzos, serán compensados por el sufrimiento al que han sobrevivido”, manifestó James.
Finalmente, se conoció que Ink Property Group llegó a un acuerdo con el estado por casi 2 millones de dólares; sin embargo, deberá pagar 400 mil dólares en restitución a los inquilinos presionados para desalojar y 2.500 dólares de forma individual al inquilino que tuvo que vivir en condiciones peligrosas.
Alertan a turistas de la Florida por falsos alquileres
Las casas de vacaciones o los apartamentos que alquilan para estadías cortas y vacaciones suelen ser blanco de estafas por parte de inescrupulosos que se aprovechan de los visitantes extranjeros y locales.
Ante esta situación, Ashley Moody, quien es la actual fiscal general del estado de Florida, en Estados Unidos, emitió un comunicado para la ciudadanía en la que advertía sobre estafas en alquileres de verano.
Según Moody, una de las formas más comunes en las que se cae en la estafa es cuando, a través de publicaciones en redes sociales o anuncios, la persona a cargo del domicilio pide que se realice un depósito por adelantado con lo que se aseguraría el inmueble.
Sin embargo, una vez el turista cae en la estafa, estos anuncios desaparecen, al igual que el número de contacto y el estafador junto con el dinero. Incluso, hay momentos en los que solamente hasta que el turista llega al lugar de sus vacaciones es que se da cuenta que la casa que supuestamente alquiló no existe, y los propietarios del domicilio tampoco aparecen.
Por esta razón se hizo un llamado a la ciudadanía para que denuncie cualquier estafa que se haya generado por medio de esta modalidad a través de los canales oficiales.
Y entre las recomendaciones que se emitieron para que los turistas no caigan en esta estafa se encuentran el “verificar si las fotos de la propiedad de alquiler están afiliadas con otros listados mediante el uso de una búsqueda inversa de imágenes”, ya que en muchas ocasiones se utilizan las mismas fotos en diferentes ofertas y anuncios.
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