miércoles 15 de enero de 2025 01:30 am

Los demócratas cambian su estrategia para llegar a los votantes latinos.

En lugar de anuncios llenos de promesas sobre la reforma migratoria y frases en español, se han enfocado en mensajes económicos, hablando del costo de la vivienda y los medicamentos, o insistiendo en la promesa del sueño americano.

Harris supporters hold up signs. One wears a shirt reading, “Keep Kamala and Carry On.”
Una fiesta de Latinos con Kamala en Los Ángeles durante la Convención Nacional Demócrata, la semana pasada. Credit…Jenna Schoenefeld para The New York Times

Por Jennifer Medina

Jennifer Medina ha cubierto el electorado latino desde 2019. Reportó desde Los Ángeles y en la Convención Nacional Demócrata en Chicago.

29 de agosto de 2024

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Cuando la campaña de Harris lanzó su primer anuncio de televisión dirigido a los votantes latinos, una palabra brillaba por su ausencia: latinos.

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En vez de eso, el anuncio incluía sutiles indicaciones para que los votantes supieran que la vicepresidenta Kamala Harris, hija de inmigrantes, es como ellos y se preocupa por sus problemas. En 60 segundos, aparecen imágenes de niños pequeños de piel morena y familias jugando en parques, mientras un narrador con un ligero acento español cuenta la historia familiar de Harris.

Tanto demócratas como republicanos reconocen que atraer a los votantes latinos será clave para ganar la Casa Blanca este año. Los latinos siguen siendo uno de los grupos de votantes de más rápido crecimiento. Son desproporcionadamente jóvenes y tienen menos lealtad partidista que muchos otros grupos.

Por eso es muy notable que los demócratas, cuatro años después de haber perdido el apoyo de los latinos, no hayan hecho una serie de llamados a la comunidad. En lugar de anuncios llenos de promesas sobre la reforma de la inmigración y frases en español, los demócratas se han centrado en mensajes económicos, hablando del costo de la vivienda y los medicamentos, o insistiendo en la promesa del sueño americano. En resumen, están cortejando a los votantes latinos tratándolos como a los demás.

El cambio representa un cambio de estrategia política y una evolución de la visión de la identidad latina. En lugar de acercarse a los votantes latinos como si fueran un enigmático grupo de nicho con un estrecho conjunto de intereses, los demócratas parecen estar reconociendo que los latinos tienen la misma mezcolanza de prioridades que los demás votantes. Con más de 36 millones de latinos con derecho a voto este año, están muy integrados en la corriente dominante.

El enfoque es ejemplificado por una de las mayores estrellas latinas del partido, la representante por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez, quien, después de enfatizar repetidamente los temas económicos, lo volvió a hacer en su discurso televisado a nivel nacional durante la Convención Nacional Demócrata la semana pasada, mientras hablaba sobre cómo fue crecer siendo hija de una trabajadora doméstica, terminando sus tareas en las mesas del comedor de otras personas.

Kamala Harris stands onstage at the lecturn at the Democratic National Convention. The crowd holds placards with her name on them.
La vicepresidenta Kamala Harris en la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, la semana pasada. Credit…Jamie Kelter Davis para The New York Times

“Esto, para mí, es una parte enorme del tejido que conforma la experiencia latina en Estados Unidos”, dijo en una entrevista. “Muchos somos o crecimos en cierto tipo de clase de servicio o clase baja. Así que creo que enviar mensajes a las preocupaciones y experiencias de esa vida es lo que significa conectar con la comunidad latina”.

Ocasio-Cortez dijo que pensó en usar una o dos frases en español en su discurso, pero que finalmente decidió no hacerlo en parte porque creía que era innecesario y parecería complaciente. Al mismo tiempo, dijo que le animaba que su nombre se pronunciara correctamente en español antes de su discurso, y que muchos de sus partidarios latinos se habían dado cuenta.

“Llevaba mucho tiempo frustrada por lo que percibía como una pereza a la hora de hablar con la comunidad latina, como que si hablas en español y luego hablas de inmigración, ya has marcado la casilla de los latinos”, dijo.

Durante años, muchos demócratas latinos han criticado a su partido por dar por sentados a esos votantes o solo por esgrimir ideas erróneas. Argumentaban que los latinos no eran un monolito y que un enfoque único para llegar a todos no era suficiente.

“Siempre es el mismo mensaje: todo el mundo recibe lo mismo”, dijo el representante Maxwell Frost, un demócrata afrocubano del centro de Florida quien es el miembro más joven del Congreso. “Pero ahora estamos comprendiendo que existen todas estas comunidades, y que hay formas diferentes y más estratégicas de aprender de ellas y contactarlas. No solo tenemos que decir lo mismo contra Trump una y otra vez”.

Las encuestas muestran que las principales preocupaciones políticas de los latinos imitan en gran medida las de otros votantes. Suelen priorizar el empleo y la economía por encima de la inmigración. La campaña de Harris está haciendo un bombardeo de publicidad en español, lanzando un anuncio a principios de esta semana prometiendo una “reforma migratoria” junto con un proyecto de ley de seguridad fronteriza.

Durante los dos últimos ciclos electorales, muchos demócratas supusieron que los latinos se sentirían repelidos por el expresidente Donald Trump, en gran parte por su dura retórica y sus políticas de inmigración. En cambio, Trump hizo incursiones con los votantes latinos en muchas partes del país, en parte apelando a su patriotismo y creencias religiosas, mientras jugaba con su imagen de macho.

“Siempre supimos que a los hispanos lo que más les importaba era la economía, el sueño americano, conseguir oportunidades”, dijo Daniel Garza, director ejecutivo de Libre, que durante años se ha centrado en el acercamiento conservador a los hispanos.

La campaña de Trump solo ha incrementado esos esfuerzos en los últimos cuatro años, estrechando los lazos con las iglesias evangélicas hispanas y cambiando la imagen de la campaña de acercamiento a los estadounidenses de origen latino.

Y los demócratas se están dando cuenta.

Durante su convención, hubo menos apelaciones directas a la política de identidad, que en el pasado han resultado tan contundentes que resultaban cómicas (me viene a la mente el presidente Joe Biden acercando su teléfono a un micrófono para poner “Despacito”, el éxito del pop latino, junto con la proliferación de grupos de mariachis).

Sin embargo, lo que algunos ven como una complacencia deleznable, otros lo ven como un atractivo grito de guerra, como cuando Eva Longoria, la actriz convertida en activista liberal, se dirigió a la multitud la semana pasada coreando “¡She se puede!”. Era un juego de palabras con “Sí, se puede”, que se convirtió en uno de los eslóganes de la campaña de Obama de 2008, pero que tiene sus raíces en los sindicatos de trabajadores agrícolas de los años setenta.

A woman in a crowd at a Trump rally holds her hand up. She is holding a sign reading, “Latino Americans for Trump.”
Simpatizantes de Trump en un mitin en Doral, Florida, en julioCredit…Scott McIntyre para The New York Times

En muchos sentidos, los demócratas habían tardado en actualizar su percepción de los votantes latinos desde 2008, cuando Barack Obama alcanzó un nivel récord de apoyo con un margen de más de dos a uno sobre su oponente republicano, John McCain. Pero el universo ha cambiado drásticamente desde entonces porque son muchos más los votantes latinos nacidos en Estados Unidos y más propensos a consumir información en inglés que en español. El número de latinos con derecho al voto aumentó en más de 4 millones solo desde las últimas elecciones presidenciales de 2020, cuando Trump mejoró con respecto a su campaña de 2016.

“No quieren ser invitados a otra fiesta. Quieren estar en la misma fiesta que todos los demás”, dijo Carlos Odio, uno de los fundadores de Equis, un grupo de investigación de inclinación demócrata que se centra en los votantes latinos. “Los latinos quieren ser acogidos como estadounidenses de pleno derecho”.

Los latinos también han mostrado mucha menos lealtad al Partido Demócrata de lo que los estrategas esperaban y deseaban. Y Biden era particularmente impopular, según las encuestas, con los votantes latinos incluso más propensos que la población en general a considerarlo demasiado viejo para servir. Ahora, con Harris como candidata demócrata, Equis estima que aproximadamente el 15 por ciento de los votantes latinos todavía pueden ser persuadidos, y que al menos un tercio de ellos no votaron en 2020.

“Este es el elemento más oscilante: votantes irregulares que no tienen identidades partidistas leales”, dijo Odio. “Pueden votar o no, y son los más difíciles de definir”.

Pero esas mismas encuestas muestran que los votantes latinos son más optimistas que los votantes en general, lo que podría apuntar a una razón para el repunte del entusiasmo por la campaña de Harris. La campaña dijo que continuará adoptando un enfoque específico, enviando a aliados como Ocasio-Cortez para hacer campaña en Nevada y centrarse en la economía.

Tal vez el mayor cambio sea acercarse a los votantes latinos no como una parte automática de la coalición demócrata, sino como votantes indecisos.

Rubén Gallego, representante demócrata por Arizona que ahora se postula al Senado, criticó en voz alta a su partido hace cuatro años por adoptar “Latinx”, un término de género neutro impulsado por la izquierda pero rara vez utilizado por los hispanos. Gallego lo consideraba como un símbolo de la desconexión del partido con los votantes a los que intentaba atraer.

Ahora, dijo, hay “una comprensión de que los latinos están muy integrados en la fibra de este país”.

Cuando subió al escenario en la convención demócrata la semana pasada, se centró más en su identidad como veterano militar que como político latino, mientras otros veteranos de muchas etnias se alineaban detrás de él.

Al igual que Ocasio-Cortez, dijo que su crianza lo había convencido de que centrarse en la clase era la manera más efectiva de llegar a los votantes latinos.

“Pasé mucho tiempo tratando de calcular cómo llegar a 40 horas de trabajo que realmente pagaran un salario digno”, dijo en una entrevista. “Por eso hacemos lo que hacemos en esta campaña para hablarle a quienes, en gran medida, son votantes latinos y de clase trabajadora”.

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