martes 1 de abril de 2025 20:04 pm
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El lapicero, las máquinas de escribir y el papel se fueron con la moral y la ética en la comunicación del siglo 21.

El lapicero, las máquinas de escribir y el papel se fueron con la moral y la ética en la comunicación del siglo 21.


Los comunicadores digitales y creadores de contenido se apoderan de los medios tradicionales y las redes sociales. ¿Vale la pena estudiar periodismo hoy?

Porque sin moral, no hay periodismo. Solo hay contenido.

No se trata de decidir entre lo viejo y lo nuevo, sino de unir lo mejor de ambos mundos: la formación, la ética y el compromiso del periodista con la frescura, la conexión y la innovación del comunicador digital. Solo así podremos rescatar al lapicero, al papel… y a la moral del archivo muerto de la historia.

¿Qué dirán los periodistas?

Los más románticos dirán que extrañan el olor de la tinta y el crujir del papel. Los más modernos dirán que hay que adaptarse. Pero los verdaderos, los que aún se levantan con hambre de verdad, dirán que la moral no ha muerto: solo está escondida entre líneas, esperando que alguien la rescate del ruido, del clickbait y del olvido.

Hubo un tiempo en que el periodista era visto como un guardián de la ética, un narrador con responsabilidad social, un testigo con compromiso moral. Armado con su libreta, su bolígrafo, su grabadora y su sed de verdad, recorría calles, tocaba puertas y confrontaba al poder. Lo escrito era reflexión; lo publicado, resultado de investigación. El papel no mentía. El lapicero no se borraba. El periodista no improvisaba.

Pero hoy, el dedo en la pantalla ha reemplazado el pensamiento crítico. La prisa por ser el primero ha desplazado la necesidad de ser preciso. El “copiar y pegar” ha sustituido la reportería y las redes sociales dictan las reglas del juego. La ética se arrincona para dar paso al algoritmo, y el contenido efímero reina sobre la información verificada.


Por José Zabala, creador de contenido

New York: Vivimos en una era donde la velocidad ha sustituido la profundidad y la viralidad parece valer más que la verdad. “El lapicero y el papel se fueron con la moral en el siglo 21” no es solo una frase nostálgica; es una alerta. Una reflexión sobre lo que se ha perdido —o abandonado— en el noble oficio del periodismo.

¿Qué es un periodista?

Un periodista es un profesional entrenado para investigar, analizar y divulgar hechos con veracidad, responsabilidad y compromiso social. Su propósito va más allá del titular: es ser la voz de los que no tienen voz, fiscalizar el poder y proteger la democracia.

¿Y qué es un comunicador digital o creador de contenido?

Un comunicador digital o creador de contenido es alguien que utiliza plataformas como YouTube, TikTok, Instagram o podcasts para informar, entretener, influenciar o educar. Su impacto es real y creciente, muchas veces sin pasar por una formación académica formal. Su fuerza está en la cercanía con su audiencia; su desafío, en la credibilidad y la ética.

¿Vale la pena estudiar periodismo en estos tiempos?

La pregunta está sobre la mesa. Muchos jóvenes optan por ser influencers, youtubers o podcasters, sin una carrera universitaria. Las universidades, por su parte, enfrentan el reto de modernizar sus planes de estudio. Ya no basta con enseñar redacción de noticias o ética periodística: ahora hay que integrar herramientas multimedia, redes sociales, análisis de datos, edición de video y producción de contenido multiplataforma.

La carrera de periodismo no ha perdido su valor, pero necesita reinventarse con urgencia. El periodista del siglo 21 debe ser híbrido: un profesional ético, creativo, capaz de comunicar en distintos formatos y plataformas.

Opiniones desde el aula

Carla Méndez, estudiante de Comunicación Social:
«Amo el periodismo, pero veo con preocupación que muchos de mis compañeros prefieren grabar reels o hacer videos virales que escribir una crónica o investigar una historia. Siento que si no se moderniza la enseñanza, las aulas se vaciarán.»

Luis Ortiz, estudiante de Periodismo Digital:
«Las universidades deben actualizar sus planes. Ya no basta con saber redactar noticias; tenemos que saber editar videos, manejar redes, grabar podcasts. El periodista de hoy debe ser multiplataforma.»

Rosa Elena Vargas, estudiante de último semestre:
«Sigo creyendo en el valor de la verdad, de la investigación, de darle voz a los que no la tienen. Pero también quiero saber cómo usar TikTok o Instagram para llegar a más personas sin perder mi ética.»

Comentario de José Zabala

«Yo comencé como creador de contenido sin ser periodista de formación, pero con una vocación de comunicar con responsabilidad. Hoy entiendo que el futuro del periodismo está en la fusión: la ética del periodista con la creatividad del creador de contenido. Necesitamos comunicadores que no solo informen, sino que formen y transformen.»

Hoy más que nunca necesitamos periodistas que escriban con el alma, no con la prisa. Que comprendan que el lapicero es solo una herramienta, pero la moral es la guía. Y aunque el papel haya cedido su lugar a las pantallas, la ética no puede darse el lujo de desaparecer.


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