Picoteando el Espectáculo
Al igual que muchos niños dominicanos, el béisbol estuvo en la mira de Luis Miguel del Amargue. Sin embargo, su camino ya estaba marcado tanto así que él mismo asegura “nació siendo músico”.
De pequeño su madre tenía un radio donde escuchaba muchas rancheras y ahí él se aprendía las canciones hasta durmiendo.
De esa manera componía sus canciones y así aprendió a tocar la guitarra. Nunca ha seguido fórmulas ni diseñado estrategias de marketing.
Componía con una grabadora de casete a mano, en las madrugadas, inspirado por sueños o impulsos del momento.
“Era como que las canciones me hablaban”, expresó durante su conversación en “El cuartico”, el podcast de Listín Diario.
A lo largo de su carrera, Luis Miguel nunca siguió fórmulas. Su éxito ha sido el resultado de una entrega genuina, de seguir su pasión sin reservas, incluso cuando su padre no aprobaba que un niño estuviera cantando en negocios.
“Donde había una oportunidad, ahí yo me metía”, recuerda el cantante nativo de Azua y que en marzo pasado fue elegido por la Asociación de Cronistas de Arte como el bachatero del año de Premios Soberano correspondiente al 2024.
Inspirado por el artista mexicano Pedro Fernández, inició a cantar desde los siete años en la escuela y de ahí participó en varios festivales, los cuales ganaba seguidos incluso hubo quienes intentaron impedir que participara.
Con cariño recuerda que tuvo una infancia feliz en su pueblo, Azua de Compostela: “Ojalá los niños de ahora pudieran vivir lo que nosotros vivimos”, dijo y criticó con tristeza cómo ha cambiado la crianza y el entorno social: “Hoy en día tú ves a cualquier chamaquito de 12 o 13 años con un vape en la mano. A mí me veían con un cigarro en la mano y me daban de golpe que la mitad era poco”.
“Hoy en día ya uno prácticamente no está criando sus hijos, los hijos de uno se lo está criando el mundo”, agregó.
El intérprete de “Niña coqueta” siempre estuvo seguro de lo que quería por lo que empezó a pedirle a un grupo musical que lo dejara cantar en sus fiestas, pero eso fue algo con lo que su padre no estaba de acuerdo debido a que esas actividades eran en discoteca y él era aún menor de edad.
“En determinado momento pues me vi en la obligación de tener que dejar la escuela ya cuando llegué a sexto grado y se cansaron los profesores de mandarme recados. Yo estaba muy muy adentrado en la música”.
Fuente Floranyi Vasquez-listin diario
a la/s 4/25/2025