- mayo 26, 2025
- Reportajes
En un trayecto de cuatro horas partiendo desde Santo Domingo, el suroeste dominicano ofrece una experiencia abrazadora de ecoturismo e historia: la vuelta al lago Enriquillo, un paseo alrededor del punto más bajo del Caribe.
Las provincias Bahoruco e Independencia tienen sus encantos. Para esta excursión hay tres detalles esenciales: la compañía en un largo viaje, el protector solar con las altas temperaturas y los bañadores para cada chapuzón.
La travesía inicia en la estatua del indio próximo a Duvergé, el escenario para las primeras fotos ampliadas hacia la carretera. Y en este municipio, la primera parada obligada: el balneario La Zurza.
Su distintivo: agua azufrada con nacimiento en el mismo lugar, en un ambiente rodeado de naturaleza. De fácil acceso, pues está en la carretera secundaria RD-46 que conduce hacia El Limón-Jimaní.
Esta vía tiene varios miradores en los que se puede contemplar el espacio del lago e isla Cabritos –que es donde está la mayor población del cocodrilo americano–, bordeando toda la zona para una próxima parada en Boca de Cachón.

Este entorno cuenta con juegos infantiles, áreas verdes, iluminación, bancos de hormigón, mesas de pícnic y duchas gratuitas, además de escalinatas y rampas para una mejor accesibilidad.
Con atractivos similares a la siguiente parada: Las Barias en La Descubierta, de aguas a bajas temperaturas y a veces turbias, en un entorno de bosque reservado mayormente para disfrute de los locales.


