Nueva York ha decidido implementar una tarifa de congestión de 9 dólares para los vehículos que ingresen al centro de Manhattan, con el objetivo de reducir el tráfico y financiar mejoras en el sistema de transporte público. Esta medida, que entrará en vigor el 5 de enero, ha sido respaldada por la gobernadora Kathy Hochul y cuenta con la aprobación del Departamento de Transporte de la administración Biden.
Sin embargo, la elección de Donald Trump como presidente ha generado incertidumbre sobre la continuidad de esta iniciativa. Trump ha expresado su oposición a la tarifa de congestión, lo que ha llevado a algunos legisladores a instarlo a bloquear su implementación. A pesar de estas preocupaciones, la gobernadora Hochul ha afirmado que su decisión de reactivar el peaje no está motivada por la reelección de Trump.
La tarifa de congestión en Nueva York se inspira en modelos europeos como los de Londres, Milán y Estocolmo, donde se aplican peajes similares para gestionar el tráfico urbano. En Londres, por ejemplo, los conductores deben pagar 27 euros para ingresar al centro de la ciudad.
La implementación de esta tarifa en Nueva York busca no solo reducir la congestión vehicular, sino también generar fondos para mejorar el transporte público y promover una movilidad más sostenible en la ciudad.
